El rostro de Aral adoptу un tinte grisбceo que Cordelia le habнa visto en dos ocasiones antes de eso; en ambos casos habнa estado peligrosamente cerca de cometer un asesinato. Piotr solнa bromear sobre sus famosos ataques de ira. Sуlo entonces Cordelia comprendiу que, a pesar de haber visto la irritaciуn de su hijo en ocasiones, Piotr nunca lo habнa visto verdaderamente furioso. El anciano tambiйn pareciу comprenderlo en ese momento, y mirу a su hijo con inquietud.

Aral uniу las manos a la espalda. Cordelia vio que le temblaban, con los nudillos blancos. Йl alzу el mentуn y hablу en un susurro.

— Si mi hermano hubiese vivido, habrнa sido perfecto. Tъ pensabas eso, yo pensaba eso, y el emperador Yuri pensу lo mismo. Por lo tanto, a partir de entonces has tenido que conformarte con los restos de ese sangriento banquete, con el hijo que te dejу vivo el pelotуn de Yuri el Loco. Nosotros los Vorkosigan sabemos conformarnos. — Bajу aъn mбs la voz -. Pero mi primogйnito vivirб. Yo no lo defraudarй.

Sus palabras fueron un tajo casi mortal en el vientre, un corte tan limpio que Bothari hubiese podido descargarlo con la espada de Koudelka. Piotr exhalу un suspiro de incertidumbre y dolor.

La expresiуn de Aral se tornу introvertida.

— No volverй a defraudarlo — se corrigiу en voz baja -. Tъ nunca tuviste esa segunda oportunidad, padre. — Aflojу las manos a sus espaldas. Con un movimiento de cabeza ignorу a Piotr y a todo lo que йste pudiese replicar.

Frustrado por segunda vez y profundamente dolido por su paso en falso, Piotr mirу a su alrededor buscando alguien en quien descargar su ira. Entonces posу los ojos sobre Bothari, quien lo contemplaba con rostro impasible.

— Y tъ. Desde un principio has participado en esto. їMi hijo te ha enviado a mi casa como espнa? їA quiйn prestas tu lealtad? їMe obedeces a mн o a йl?

En los ojos de Bothari apareciу un brillo extraсo. Su cabeza se moviу en direcciуn a Cordelia.

— A ella.

Piotr se quedу tan desconcertado que tardу varios segundos en recuperar el habla.

— Bien — le espetу al fin -. Entonces quйdate con ella. No quiero volver a ver tu horrible rostro. No vuelvas a la Residencia Vorkosigan. Esterhazy te enviarб tus cosas antes del anochecer.

Piotr se volviу y se marchу. El anciano tratу de realizar una salida grandiosa, pero el efecto perdiу fuerza cuando girу la cabeza para mirarlos antes de tomar por el pasillo.

Aral exhalу un suspiro de fatiga.

— ї Crees que esta vez hablaba en serio? — preguntу Cordelia -. Todo eso de «nunca mбs».

— Tendremos que estar en contacto por cuestiones de gobierno. Йl lo sabe. Deja que se vaya a casa y escuche el silencio un buen rato. Luego ya veremos. — Sonriу con tristeza -. Mientras vivamos, no podremos separarnos.

Cordelia pensу en el niсo cuya sangre ahora los unнa: ella a Aral, Aral a Piotr y Piotr a ella.

— Eso parece. — Mirу a Bothari, con expresiуn de disculpa -. Lo siento sargento. No sabнa que Piotr podнa despedir a un Hombre de Armas bajo juramento.

— Bueno, tйcnicamente no puede — le explicу pensativamente Aral -. Bothari acaba de ser asignado a otro sector de la casa. A ti.

— Oh. — Justo lo que siempre he querido, mi propio monstruo. ї Quй voy a hacer con el ahora?ї Guardarlo en el armario? Cordelia se frotу la nariz y luego se mirу la mano. Era la misma mano que acompaсу a la de Bothari con la espada. Una y otra vez -. Lord Miles necesitarб un guardaespaldas, їverdad?

Aral la mirу con interйs.

— Ya lo creo.

De pronto Bothari pareciу tan esperanzado que Cordelia contuvo el aliento.

— Un guardaespaldas — dijo -, y un apoyo. Nadie le harб pasar un mal rato si… si me permite ayudar, seсora.

«Me permite ayudar.» Rima con «te quiero», їno?

— Serнa… — Imposible, una locura, peligroso, irresponsable -: ideal, sargento.

Su rostro se iluminу como una antorcha.

— їPuedo empezar ahora?

— їPor quй no?

— Estarй dentro, entonces — dijo mientras se volvнa hacia la puerta del laboratorio. Cordelia se lo imaginaba, apoyado contra una pared, siempre alerta… sуlo esperaba que su malйvola presencia no pusiera tan nerviosos a los mйdicos como para dejar caer su preciosa carga.

Aral respirу hondo y la estrechу entre sus brazos.

— їVosotros los betaneses tenйis cuentos infantiles sobre el regalo de las brujas en el dнa del cumpleaсos?

— Parece que en este caso tanto las hadas buenas como las malas brillan por su ausencia, їverdad? — Se reclinу contra la tela бspera de su uniforme -. No sй si Piotr nos entregу a Bothari como una bendiciуn o una maldiciуn. Pero apuesto que mantendrб a raya a cualquier enemigo. No importa de quй enemigo se trate. Son extraсos los obsequios de nacimiento que entregamos a nuestro hijo.

Regresaron al laboratorio para escuchar atentamente la disertaciуn de los mйdicos sobre las necesidades especiales de Miles, convenir cuбles serнan los primeros tratamientos que le efectuarнan, y arroparlo bien para el viaje a casa. Era muy pequeсo, pesaba menos que un gato. Cordelia lo descubriу cuando al fin lo tuvo entre sus brazos, piel contra piel por primera vez desde que lo separaron de sus entraсas. Tuvo un momento de pбnico.

Colocadlo otra vez en la rйplica, durante unos dieciocho aсos. No sabrй quй hacer con esto… Los niсos podнan ser una bendiciуn o no, pero crearlos para despuйs defraudarles sin duda merecнa un castigo eterno. Hasta Piotr lo sabнa. Aral les abriу la puerta.

Bienvenido a Barrayar, hijo mнo. Aquн estбs: tendrбs un mundo de riqueza y pobreza, de cambios profundos y de historia arraigada. Tendrбs un nacimiento y un nombre. Miles significa «soldado», pero no te dejes abrumar por la sugestiуn. Tendrбs una figura retorcida en una sociedad que odia y teme a las mutaciones que tanto dolor te han causado. Tendrбs un tнtulo, riqueza, poder, y todo el odio y la envidia que estos dones atraerбn. Tendrбs un cuerpo que deberбn abrir varias veces para acomodar tus huesos. Heredarбs una colecciуn de amigos y enemigos que nada tendrбn que ver contigo. Tendrбs un abuelo del infierno. Soporta el dolor, encuentra la alegrнa y descubre un sentido propio para todo, porque no podrбs esperar que el universo te lo proporcione. Siempre serбs un blanco mуvil. Vive. Vive. Vive.


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