No hay manera posible de saber cuál es nuestro umbral individual. La única manera de saberlo es practicándolo. Esto es, por ejemplo, lo que me ocurrió a mí. Siguiendo la sugerencia de don Juan insistí en forzarme a mantenerme callado y, un día, mientras caminaba en la universidad de California, desde el departamento de antropología hacia la cafetería, alcancé mi umbral misterioso. Supe que lo había alcanzado porque, en un instante, experimenté algo que don Juan me había descrito extensamente; lo llamaba parar el mundo. En un instante, el mundo dejó de ser lo que era, y, por primera vez en mi vida, fui consciente de que estaba viendo energía tal y como fluye en el universo. Tuve que sentarme en unos escalones de ladrillo, pero supe que lo hacía sólo a nivel intelectual, a través de mi memoria. Experimentalmente, estaba sentado en energía. Yo mismo era energía, al igual que todo lo que me rodeaba.
Me di cuenta entonces, de algo que me aterrorizó, algo que nadie podía explicarme excepto don Juan; tuve conciencia de que, aunque estaba viendo energía tal y como fluye en el universo por primera vez en mi vida, había estado viendo energía tal y como fluye en el universo durante toda mi vida, pero no me había dado cuenta de ello. La novedad no fue ver energía tal y como fluye en el universo. La novedad fue la pregunta que surgió, con tal furia, a raíz de esto, que me hizo regresar al mundo cotidiano. ¿Qué es lo que me ha impedido darme cuenta de que he estado viendo energía tal y como fluye en el universo toda mi vida? me pregunté a mí mismo.
Don Juan me lo explicó haciendo una distinción entre nuestra conciencia general y el estar deliberadamente consciente de algo. Dijo que nuestra condición humana es poseer esta conciencia profunda, pero que todos los ejemplos de esta conciencia profunda no se encuentran al nivel en que podamos estar con toda deliberación conscientes de ellos. Dijo que, cumpliendo con su función, el silencio interno había cubierto este intervalo y me había permitido darme cuenta de cosas de las que, solamente, había estado conciente en un sentido general.
LA SERIE DE WESTWOOD
El propósito de esta elucidación ha sido presentar lo que don Juan llamaba los cinco intereses de los chamanes del México antiguo. Presentó los siguientes puntos de interés a sus discípulos: los pases mágicos, el centro de decisiones, la recapitulación, el ensueño y el silencio interior, en el mismo orden en que los he explicado. Dijo que esta secuencia era un arreglo al que habían llegado esos chamanes de la antigüedad, según y conforme a su entendimiento del mundo a su alrededor.
Don Juan explicó que uno de los descubrimientos más asombrosos de esos chamanes fue la existencia de una fuerza aglutinante que une los campos energéticos creando unidades
concretas y funcionales. Dijo que esos chamanes describían esta fuerza como una vibración, o una condición vibratoria que se extiende a través de diferentes grupos de energía y, al saturados, los une. Dijo que los pases mágicos cumplen con la función de esta condición vibratoria, y que su propósito era saturar a sus discípulos con ellos, siguiendo el mismo patrón utilizado por los chamanes de tiempos remotos.
Don Juan explicó que cuando esos brujos agruparon esos cinco puntos de interés chamánico, copiaron el patrón energético que habían descubierto al ver energía tal y como fluye en el universo. La fuerza aglutinante resultó ser los pases mágicos, y éstos impregnaron las cuatro unidades restantes agrupándolas en una unidad funcional: cinco campos energéticos unidos por uno de ellos.
Aquellos pases mágicos, que saturaban las otras cuatro unidades, y que se enseñaban en los tiempos de los chamanes del México antiguo sólo a los iniciados en el chamanismo, son los mismos pases de la Tensegridad. Hoy en día, cualquier persona puede utilizar los pases mágicos sin que éstos pierdan su capacidad de aglutinar esos cuatro campos de energía en una unidad concreta y funcional.
El grupo de pases mágicos que cumple con la función de aglutinar las otras cuatro unidades se llama La Serie de Westwood.
La Serie de Westwood está dividida en cuatro secciones. La primera sección, y la más importante, está constituida por pases mágicos que facilitan la toma de decisiones. La segunda, en orden de importancia, es la que está relacionada con la Recapitulación. La tercera se relaciona con el ensueño, y la cuarta está compuesta de pases mágicos directamente conectados con la preparación para alcanzar el silencio interno.
La Serie de Westwood se recalcará en todos los seminarios que se efectúen este año, tanto en Estados Unidos como en el extranjero.
Pases mágicos para fortalecer el sistema de toma de decisiones
El propósito de este grupo de pases mágicos es activar el área del hueco en forma de 'V' localizado en la base del cuello, en la cresta del esternón, con una clase especial de energía que los chamanes del México antiguo creían que era la responsable de la toma de decisiones.
1. Llevar la energía al punto 'V' con un movimiento de los brazos hacia atrás y hacia adelante.
En este pase mágico los brazos se lanzan hacia adelante en un ángulo de 45 grados con una exhalación. Luego se retraen con una inhalación, con los hombros elevados para mantener el mismo ángulo de inclinación. En la segunda etapa de este movimiento, los brazos se extienden hacia abajo con una inhalación y se jalan hacia atrás con una exhalación.
2. Llevar la energía al punto 'V' con un movimiento circular de los brazos.
La energía se dirige al centro de las decisiones trazando dos círculos con las manos y los brazos, los cuales se mantienen en el mismo ángulo de 45 grados de inclinación. Los círculos se hacen moviendo las manos lateralmente hacia afuera; los movimientos constan de dos etapas. En la primera, se exhala el aire al mismo tiempo que se trazan los círculos, y se inhala cuando los brazos se retraen hacia atrás. En la segunda etapa, se inhala el aire al mismo tiempo que las manos y los brazos dibujan los círculos, y se exhala cuando los brazos se retraen.
3. Llevar la energía al centro de las decisiones con un movimiento hacia adelante y hacia atrás de los brazos con las palmas de las manos mirando hacia arriba.
Este movimiento es como el primero y se ejecuta exactamente de la misma forma, excepto que se realiza con las palmas de las manos mirando hacia arriba. Las inhalaciones y exhalaciones son idénticas a las del primer movimiento: en la primera etapa el aire se exhala al mismo tiempo que las manos y los brazos se mueven hacia adelante en un ángulo de 45 grados de inclinación, y se inhala cuando los brazos se mueven hacia atrás. En la segunda etapa, el aire se inhala mientras las manos y los brazos se mueven hacia abajo y se exhala cuando las manos y los brazos se retraen.
4. Llevar la energía al centro de las decisiones con un movimiento circular de los brazos con las palmas de las manos mirando hacia arriba.
Una vez más, este pase mágico es exactamente como el segundo, con las mismas dos etapas de inhalación y exhalación, excepto que los dos círculos se describen con los brazos y las palmas de las manos mirando hacia arriba. En la primera etapa, el aire se exhala al mismo tiempo que los brazos y las manos se mueven en círculo, y se inhala cuando los brazos se retraen. En la segunda etapa, el aire se inhala cuando las manos y los brazos se mueven en círculo, y se exhala a la vez que los brazos se llevan para atrás, hacia los hombros.