EL PAN Y LA MANTECA
Nuestra tendencia es siempre la de creer en la famosa "ley de Murphy": todo lo que hacemos siempre tiende a salir mal. Hay una interesante historia al respecto:
Un hombre tomaba tranquilamente su café de la mañana. De repente, el pan sobre el que acababa de untar manteca, cayó al piso.
¡Cual no fue su sorpresa cuando, al mirar hacia abajo, vio que la parte donde había untado la manteca había caído boca arriba! El hombre consideró que estaba en presencia de un milagro: contento, fue a conversar con sus amigos acerca de lo ocurrido -y todos se mostraron sorprendidos porque el pan, cuando cae al suelo, siempre queda con la parte de la manteca boca abajo, ensuciando todo.
– Tal vez seas un santo -dijo uno. -Y estás recibiendo una señal de Dios.
La historia fue pronto conocida en la pequeña aldea, y todos se pusieron a discutir animadamente lo ocurrido: ¿cómo es que, contrariamente a lo que se decía, el pan de aquel hombre había caído al suelo de esa manera? Como nadie conseguía dar con la respuesta adecuada, fueron a buscar a un maestro que vivía en las cercanías, y le contaron la historia.
El maestro pidió una noche para rezar, reflexionar, pedir inspiración divina. Al día siguiente, todos volvieron a verlo, ansiosos por escuchar la respuesta.
– Es una solución muy simple -dijo el maestro. -La verdad, el pan cayó al suelo exactamente como debía caer; fue la manteca la que estaba untada del lado equivocado.