EL PRESENTE EQUIVOCADO

Miye Tamaki resolvió dejar lo que hacía -era economista-para dedicarse a la pintura. Durante años buscó un maestro adecuado, hasta que encontró a una mujer especialista en miniaturas, que vivía en el Tibet. Miye dejó el Japón y fue a las montañas tibetanas, a aprender lo que precisaba.

Fue a vivir con la profesora, que era extremadamente pobre.

Al final del primer año, Miye regresó al Japón por algunos días, y regresó al Tibet con regalos mal elegidos. Cuando la profesora vió lo que le había traído, comenzó a llorar, y le pidió a Miye que no volviera más a su casa, diciendo:

– Antes, nuestra relación era de igualdad y amor. Tú tenías techo, comida y pinturas. Ahora, al traerme estos regalos, has establecido una diferencia social entre nosotras. Si existe esta diferencia, no puede existir ni comprensión ni entrega".


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