– Escuche con interés, Carvalho, porque va a enterarse de cosas fundamentales para la tarea que podríamos asignarle. Le presento a Xibert, confórmese con ese apellido y no vaya más allá. Él le informará sobre los antecedentes de nuestro proyecto.

Xibert tenía la mandíbula y los hombros acentuados y los ojos tristes. Contemplaba a Carvalho sin demasiado entusiasmo y puso las cosas claras desde el comienzo.

– El nacionalismo catalán no tiene sentido de Estado.

Contempló el efecto de sus palabras entre los reunidos y Quimet cerró los ojos instándole a seguir.

– Sólo así se entiende que jamás se haya planteado seriamente montar un servicio de información adecuado a la voluntad de conseguir un Estado catalán. Cuando de un político catalán se dice que «tiene sentido de Estado», se quiere decir que tiene sentido de Estado español. No podemos tener ejército, ni política exterior, pero ¿quién nos priva de tener unos servicios de información? Los vascos nos llevan sesenta años de ventaja. Nada más perder la guerra civil ya montan un servicio de inteligencia que se mueve a dos bandas, hacia la Alemania nazi y hacia Estados Unidos, a ver cuál de los dos puede facilitar la independencia de Euzkadi. Aguirre, el lendakari durante la República y la guerra civil y el exilio, se perdió unas semanas por Berlín negociando con Hitler o con quien fuera el apoyo nazi a la independencia de Euzkadi, e Irala y Aguirre, con Galíndez como intermediario, trabajaron con el departamento de Estado norteamericano en los años cuarenta, cincuenta y prácticamente hasta el retorno de la democracia a España. Puedo decirle que cuando se puso en marcha el Estado de las autonomías, me trasladé a Euzkadi, por órdenes superiores y el Partido Nacionalista Vasco ya tenía montada una ertzainza, una policía antes de que se la autorizaran desde Madrid y ya disponía de redes de información metidas en los aparatos del Estado español. Los dos modelos referenciales que teníamos los patriotas catalanes eran los vascos, porque ambos padecíamos el mismo Estado opresor, el español, y los israelíes, porque es el mejor servicio de información si tenemos en cuenta la relación entre inversión y calidad y la dificultad del frente que cubren, algo así como la relación entre calidad y precio. Además, Israel siempre ha sido para los catalanes el referente del pueblo escogido y a la vez perseguido, como en cierto sentido lo ha sido el pueblo catalán. Cuando hablaba con los vascos me daba cuenta de que no eran cuatro jovenzuelos nacionalistas como nosotros, sino gentes con graduación militar, algunos provenientes del País Vasco Francés, ex paracaidistas vascofranceses, por ejemplo, de la OAS, que habían traspasado su saber a la causa nacional vasca. Allí sabían lo que era interferir los teléfonos, tanto en Euzkadi como en España, y se sorprendían al saber que nosotros no teníamos infiltrados en los aparatos del Estado español. Aquí no teníamos nada de eso y cuando yo le informaba a nuestro presidente autonómico de todo ello, se echaba a temblar y me decía: Xibert no se meta en esos líos. Se lo prohibo. Con la manía que nos tienen a los catalanes, sólo faltaría que nos pillaran mirando por la cerradura. A los vascos se lo perdonan todo, Xibert, porque todos hablan castellano. ¿Qué le parece, Carvalho? Aquí nadie tiene sentido de Estado, no lo olvide. Cuando se me ocurrió plantearle la necesidad de montar un servicio de información, una escuela de policía, cuadros expertos en seguridad, una élite muy escogida de superagentes preparados para todo, la necesidad de acordar unos fondos reservados, tenía que haber visto usted la cara del señor presidente. Para no hablar del presidente de transición, el famoso Tarradellas, que ante esta problemática sostenía que lo único que interesaba al gobierno catalán era tener autoridad sobre la Guardia Civil y la policía española de ocupación, que se le cuadraran los guardias civiles, que se le cuadraran antes de fusilarle, supongo, porque los cuerpos de seguridad operantes en Cataluña, incluso los mandos de la policía autonómica son españolistas y obedecen las órdenes de la cúpula de seguridad española. Le contaré una anécdota. Cuando se produjo el golpe del coronel Tejero en 1981, el jefe de la policía autonómica ¡de Cataluña! telefoneó al capitán general desde el Palacio de la Generalitat y le preguntó: ¿Qué hago con estos payasos de aquí arriba? Y se refería a los representantes políticos del pueblo catalán en aquel momento reunidos en torno al señor presidente. Éste era el estado de la cuestión ycuanto hicimos para que las cosas cambiaran se ha concretado en la formación de una policía autonómica en parte controlada por mandos explícita o implícitamente obedientes a Madrid y al CESID, el servicio de información del Estado español, una escuela de policía técnicamente perfecta que ha producido profesionales formidables, un sindicato policial catalán de confianza y poca cosa más, bueno, el diseño del traje de nuestros policías que es obra de Toni Miró, el Armani catalán, porque a diseño sólo nos ganan los italianos y en cambio la policía italiana no viste según los diseños de Armani, el Toni Miró italiano. Pues bien, nada de esto nos sirve, por razones fáciles de entender. Necesitamos un servicio de información para las formaciones políticas esencialmente nacionalistas y un servicio de información institucional vinculado a la Presidencia del Gobierno, pero ambos movimientos darían que pensar y que recelar a Madrid y por extensión a la Unión Europea, que quiere monopolizar el control superior de la red de seguridad de toda Europa. Por todo ello hay que montar ese servicio de información fuera del sistema, pero sirviendo al sistema, y es ahí donde empieza a explicarse el papel de algunos de los que estamos aquí.

Tomó respiro por protocolo, pero sus pulmones no lo necesitaban. Xibert no había quitado ni un momento los ojos de Carvalho.

– La policía autonómica no puede investigar delitos específicamente políticos o que rebasen el área geopolítica catalana. Concretamente tienen una buena red infiltrada en las sectas, las drogas, la extrema derecha y la corrupción institucional, pero esta última dedicada a los pequeños chorizos, no se han podido meter hastaahora con la alta corrupción. Durante una etapa determinada operó un grupo llamado «los mortadelos» que acabaron buscando informaciones de bragueta para desacreditar a éste o a aquélla y pusieron sus informaciones a veces al servicio de una trama judicial económica que sólo contribuyó a crear nuevos ricos en conexión con el poder. Detrás de algunas dimisiones sonadas había dossiers, pero como objetivo sólo se trataba de ver quién se llevaba el mayor botín. Los tiempos van a cambiar. El señor presidente está políticamente herido de muerte y cuando él se retire pueden ganar formaciones políticas, no diré yo que anticatalanas, pero sí anacionalistas, que jamás se plantearán el papel de unos servicios de información pancatalanes y en tensión dialéctica no sólo con el Estado español, sino con las restantes comunidades autónomas que pueden tener intenciones contrarias a nuestros intereses. Por no hablar de nuevas estructuras de poder en el interior de la globalización que en Europa están larvadas, por ejemplo, la Padania, una Italia del Norte que más tarde o más temprano romperá con Roma y se escindirá del Sur. Y quien habla de la Padania habla de la nueva geografía nacional de Europa derivada de la ruptura del bloque socialista y de Yugoslavia. Nadie está a salvo de una redivisión, ni Suiza está a salvo, y no digamos ya los frentes de indagación que necesitamos con respecto a las intenciones de la estrategia económica global, de la estrategia ecológica y del intento de desvirtuación del Estado nacional por parte de las multinacionales, que si inicialmente nos conviene porque debilita a nuestro enemigo principal, el Estado español, a la larga busca también el aniquilamiento o la sumisión de todo hecho diferencial. ¿Se imagina usted una Cataluña sin servicios de información que puedan indagar las intenciones francesas o españolas con respecto al equilibrio de las reservas acuíferas? Aquí se propone sin más hacer un trasvase del Ródano a Cataluña, pero ¿qué relaciones de dependencia se inauguran con este paso? ¿Qué ocurrirá el día en que el Estado español no sea capaz de repartir las aguas del Ebro entre todas las regiones ribereñas pasando por encima de la tozudería de los aragoneses?


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