—Sabes... si me metes en problemas, Ari, sabes lo que pueden hacerme.

—No vas a meterte en problemas. Soy supervisora de ala, aunque no tenga un ala propia. Así que puedo fundar un ala para mí, ¿verdad? Tú. Y Grant.

El corazón de Justin empezó a desbocarse.

—Preferiría que no me trasladaran. Ella meneó la cabeza.

—En realidad no sería un auténtico traslado. Tengo una oficina en el Ala Uno. Solamente burocracia. Lo único que significa es que mi personal va a hacer tus documentos. Lo siento. —Y cuando él no dijo nada en la pausa—: Ya lo he hecho.

—Mierda, Ari...

—Es papeleo. Y no me gusta que haya cosas en las que trabajo dando vueltas por tu oficina. Puedo volverme atrás, si quieres.

—Preferiría que lo hicieras. —Él apoyó los brazos sobre las rodillas, y la miró a los ojos—. Ari, ya te lo he dicho. Tengo muy poco en mi vida. Me gustaría conservar la independencia, si no te importa.

—Tienen espías en tu apartamento. Ya lo sabes.

—Supuse que era así.

—Si estás en mi ala, puedo conseguir que lo relacionado con Seguridad pase por mí también, y no sólo por el tío Denys.

—No quiero eso, Ari.

Ella lo miró una vez, preocupada, herida.

—¿Me vas a enseñar?

—De acuerdo —aceptó él. No tenía alternativa.

—No pareces contento.

—No lo sé, Ari.

Ella se estiró y le ofreció la mano.

—Amigos, ¿de acuerdo? ¿Amigos?

Él le estrechó la mano. Y trató de creerla.

—Probablemente me arresten cuando vuelva a la Casa.

—No. —Ella retiró la mano—. Vamos. Iremos todos juntos. Yo tengo que ducharme antes de salir. Pero tú puedes decirme en qué estás trabajando.

X

Se separaron en el cuadrángulo. Justin siguió caminando, con el corazón latiéndole en el pecho cuando se acercó a las puertas del Ala Uno, donde siempre había vigilancia, donde, probablemente, la guardia estaba recibiendo un aviso a través de los intercomunicadores portátiles, o enviando un mensaje y recibiendo órdenes.

Ya había visto bastantes habitaciones en Seguridad.

Cruzó la puerta, miró al guardia a los ojos, para demostrar que no lo amenazaba, para tratar de decir sin palabras que no quería causar problemas. Ya le habían empujado contra las paredes demasiadas veces.

—Buenos días, ser —saludó el guardia y el corazón de Justin dio un brinco.

—Buenos días —respondió y siguió caminando a través del pequeño vestíbulo hacia el salón, luego al ascensor, y durante el trayecto esperó oír una orden severa a sus espaldas y la seguía esperando en el camino arriba. Pero llegó a la oficina y allí estaba Grant, preocupado y ansioso, pero libre.

— Ningún problema —dijo él, para aliviar el peor de los miedos de Grant—. Salió bastante bien. Mucho mejor de lo que había supuesto. —Se sentó, respiró hondo una o dos veces—. Me pidió que le enseñara.

Grant no reaccionó. Finalmente se encogió de hombros.

—Denys no lo aceptará.

—Denys no va a hacer nada. No sé quées esto, en realidad. Ella nos transfirió —dijo y cuando Grant hizo una mueca de alarma, añadió—: Yo le pedí que nos devolviera al ala de Yanni. Pero ahora, y hasta que ella arregle las cosas con Seguridad, no estamos en el Ala Uno. Así de serio, si me ha dicho la verdad, y no tengo ninguna razón para dudarlo. Ari quiere que yo trabaje con ella. Estuvo hablando con Yanni sobre mi trabajo. Yanni le dijo, maldito sea, que a su entender estoy en la pista de algo importante, así que la joven sera quiere mis conocimientos, quiere que le enseñe todo lo que hago.

Grant soltó un suspiro largo, lento.

—Así que... —Justin hizo girar la silla, buscó la taza de café y se levantó para llenarla con la jarra—. Eso es todo. Si Seguridad no entra ahora mismo a patadas... ¿Quieres una taza?

—Gracias. Siéntate. Yo la cogeré.

—Ya la tengo. —Cogió la taza de Grant y le sirvió lo que quedaba en la jarra y un poquito de la taza de él—. Aquí tienes. —Le alargó el café—. De todos modos, fue muy razonable. Muy...

Ya no era la niña de antes.

Pero no lo dijo.

—... muy razonable, preocupada. —Y después recordó con una oleada de pánico: ahora pertenecemos a la administración de Ari. Si en este momento están observando, no irá solamente a Denys, irá directo a ella. Dios mío, ¿qué hemos dicho?

—Estaremos bajo su seguridad por un tiempo —dijo con un leve movimiento de cejas que significaba «Acuérdate», y los ojos de Grant siguieron el movimiento.

Grant también trató de recordar lo que habían dicho y de pensar en la forma en que podría interpretarlo una joven CIUD muy peligrosa.

ARCHIVOS: PROYECTO RUBIN SECRETO CLASE AA

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CONTENIDO: Fichero de transcripción

de ordenador # 19031 Sec. # 9

Archivo Personal

Emory II

2421: 3/4: 1945

AE2: Base Uno, Archiva: Personal.

Considero que debo guardar estas notas. Me siento un poco rara al hacerlo. Mi predecesora nunca me indicó que lo hiciera. Pero archivaban todo lo que yo hacía hasta hace unos años. Supongo que los datos de la Base Uno van a los archivos. Tal vez debería añadir mis propias vivencias. Tal vez un día sean importantes, porque creo que yo soy importante.

Eso suena egoísta. Pero está bien. Querían que yo fuera egoísta.

Soy Ari Emory. No la primera, pero tampoco sólo la segunda. Tenemos mucho en común. A veces odio a mis tíos por todo lo que me hicieron, sobre todo lo de mamá. Pero si no lo hubieran hecho, no sé, no querría ser distinta de lo que soy ahora. No querría no ser yo. Y estoy segura de que no querría ser ninguna de las personas que conozco. Quizá la primera Ari también sentía esto.

Sé que lo sentiría en este caso. Lo sé aunque nunca me lo haya dicho.

Yo diría: Eso es misterioso.

Y ella diría: Es muy peligroso.

Y yo sé lo que querría decir con ello. Sé exactamente lo que querría decir y por qué se preocuparía por mí..., pero conozco algunas cosas que ella ignoraba, como la forma en que me siento y si lo que pienso de ella es peligroso, o si ser un poco distinta a ella es peligroso. Estoy bastante segura de que estoy haciéndolo bien pero no sé si me parezco lo suficiente a ella para tener su misma inteligencia o sobrellevar las cargas que me dejó, y no voy a saber qué cosas me hicieron inteligente hasta que no sea capaz de entender la forma en que me hicieron y poder decir: eso era necesario. O no lo era.

Tengo de quince a veinte puntos más que ella en el aspecto psíquico, para sus pruebas correspondientes a la misma edad. Y dos puntos más que ella si se consideran las pruebas de dos años más adelante. Y lo mismo puede decirse en la mayoría de las materias. Pero esto es engañoso porque yo he tenido la ventaja de su trabajo, eso que ahora hace todo el mundo. Eso también es misterioso. Pero así tenía que ser, ¿no? Las cintas son mejores y me han ayudado tanto a mí específicamente, han estudiado tanto los puntos buenos y malos de la primera Ari, que no es de extrañar que yo aprenda más rápido. Pero no tengo que considerar que todo se ha conseguido con eso, porque no hay garantía de nada y nada prueba que yo siga a la delantera en cada uno de los puntos. Resulta extraño saber que se es un experimental y verse trabajar. Está ese chico en Fargone, que es como yo. Un día le voy a escribir para decirle: hola, Ben, soy Ari. Espero que estés bien.

Justin dice que son más flexibles con él que conmigo. Dice que tal vez no tenían por qué haber sido tan duros, pero no podían correr riesgos conmigo, y cuando crezca tal vez pueda saber cómo debieron actuar.


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