No, mierda, Ari. Justin dijo que nunca tengo que decirme eso.

No cortes tus ideas, me dijo, hasta que sepas a donde te llevan.

Si pudiera hacer algo real...

¿Qué haría él? ¿Enfadarse porque entonces me estaría acercando a lo que él hace y lo resentiría?

¿O enfadarse porque querría que todo fuera idea suya?

Tal vez sí.

Pero tal vez sería más amable conmigo y se mostraría como algunas veces, pero sería así todo el tiempo. Eso es lo que quiero. Porque han pasado muchas cosas desagradables. Y quiero cambiarlo.

I

Había cintas nuevas. Maddy las había traído. Maddy compraba esas cosas porque a su madre no le importaba y el tío Denys decía que sería un escándalo si figuraban en la cuenta de Ari Emory. Y seguramente Maddy se daba cuenta de eso, Maddy no tenía un pelo de tonta, pero le gustaba meterse en intrigas y sabía cómo comportarse en esas situaciones.

Eso era un punto a favor de Maddy. Ari pensaba que Maddy podría haber usado aquellos favores para chantajearla, aunque no habría sacado nada con ello. Si Maddy quería usarlo alguna vez en Novgorod, estaba bien, ella ya sería mayor y la gente no vería a una muchacha de dieciséis años, sólo vería a la mujer que era como su predecesora, cuya afición por estos temas era muy conocida. Extraño, pensó Ari, la incapacidad de la gente para impresionarse cuando la cuestión pertenece al pasado. Como decía el proverbio, agua pasada...

Y Maddy podía ser tan libre como quisiera con el sexo, porque Maddy era solamente Maddy Strassen y los Strassen no tenían poderes que asustaran a nadie... fuera de Reseune.

Era una reunión tranquila. Los Chicos. Y punto. Sobre todo quería relajarse y todos se sentaron a su alrededor mirando la cinta, bastante drogados con el trank, excepto Florian y Catlin, y un poco bebidos, excepto Florian y Catlin. A Sam se le derramó la bebida, y se sintió muy avergonzado por eso. Pero Catlin le ayudó a limpiar, se lo llevó al dormitorio de atrás y le ayudó de otra forma, y eso era idea de Catlin solamente, porque Amy y Sam tenían problemas.

Dios, la vida se complicaba. Amy estaba obsesionada con Stef Dietrich, a pesar de no tener esperanzas. Sam estaba obsesionado con... con ella, pensaba Ari; y ése era el problema, que Amy estaba en segundo lugar en demasiadas cosas. Y Amy estaba interesada en muchos temas que no atraían a Sam. Y viceversa. Ella deseaba con toda el alma que Sam encontrara a alguien. A cualquiera.

Pero él no encontraba a nadie. Y Sam era el principal motivo de que ella ya no fuera al dormitorio con Tommy o Stef o cualquiera que asistiera a las reuniones; pero no era la única razón .La principal era la misma de siempre, la razón por la que era tan amiga de Amy, Sam y Maddy, mientras que mantenía a cualquier otra persona alejada, porque Sam siempre estaba a punto de verse herido y no había forma de evitarlo, ni hubiera sido justo hacerlo, y sin embargo...

Y sin embargo...

De todos los chicos era el único que la quería de verdad, la había querido incluso antes de saber que ella era importante.

Y eso la ponía triste a veces, porque todos los demás pensaban solamente en ellos mismos, y en lo que significaría para ellos, y en cómo ella era una Especial, muy rica, y que en el futuro sería administradora, y que hacerla feliz era muy importante...

Y eso era muy distinto a lo de Sam, que la quería, pensó ella, que la quería de verdad. Y ella le correspondía... cuando no estaba frustrada porque él existía, frustrada porque él la quería de esa manera, frustrada porque él era el foco de sus otras frustraciones y nunca, nunca se lo merecía.

Porque ella no habría dormido con Stef Dietrich de no ser por Sam.

Eso era verdad a pesar de todo.

En primer lugar, eso podría matar a Amy. Amy podía soportar que Yvgenia la venciera, pero no ella, no en esto. No importaba que Amy todavía fuera flacucha, sin formas y que nunca cuidara su aspecto, hasta que se enamoró de Stef, y entonces el cambio fue casi patético: Amy, con sombra de ojos. Amy, arreglándose el cabello que ahora llevaba suelto, no en trenzas. Persiguiendo a Stef, que era muy guapo y consciente de ello.

Mientras que Sam se encontraba un poco perdido, no del todo traicionado, pero sí perdido. Y si Stef tenía antenas para algo, sabía bien que le convenía ver lo que hacía entre Yvgenia y Amy.

Y eso la dejaba a ella en tal situación que se limitaba a mirar las cintas y después, cuando Florian y Catlin habían hecho salir a todos, se echaba en el sillón a contemplar el techo con melancolía, una melancolía que ni siquiera ellos podían calmar.

—Vamos a la cama, sera —propuso Florian.

Preocupado por ella.

Preocupado y absolutamente devoto.

El techo brillaba en los ojos de Ari. Si parpadeaba, le correrían las lágrimas y ellos lo verían.

Pero las lágrimas se derramaron de todos modos, corrieron por el borde del ojo, así que ella parpadeó, ya que ahora le daba lo mismo.

—¿Sera? —Había una intensa preocupación en la voz de Florian. Le secó la mejilla, apenas la caricia de una pluma. Y era evidente que le resultaba doloroso.

Mierda. Maldito Florian. Maldito por hacer eso.

Soy más inteligente que Ari senior. Al menos no estropeé las cosas entre Sam y Amy. Ellos lo estropearon solos.

No entiendo a los CIUD. De verdad, no entiendo a los CIUD.

Los azi son mucho más amables.

Y no pueden evitarlo.

Sera. —Florian le tocó la mejilla, y le puso una mano en el hombro—. ¿Quién le ha hecho daño?

¿Lo matamos?,ella se imaginaba la próxima pregunta. Por alguna razón, lo encontró terriblemente gracioso. Empezó a reír, a reír hasta que tuvo que encoger las piernas para que no le doliera el estómago, y le corrían las lágrimas; y Florian le sostenía las manos y Catlin se deslizó desde el sillón para abrazarla.

Y eso le pareció todavía más gracioso.

—Lo... lo siento —jadeó finalmente, cuando logró respirar. Le dolía el estómago. Y ellos parecían muy confundidos—. Lo lamento. —Se estiró, le palmeó el hombro a Florian y la pierna a Catlin—. Lo siento. Es sólo cansancio, no os preocupéis. Ese maldito informe.

—¿El informe, sera? —preguntó Florian. Ella recuperó el aliento, se acomodó con un movimiento alrededor de Catlin y dejó escapar un suspiro.

—He estado trabajando demasiado. Tenéis que perdonarme. Los CIUD hacen este tipo de cosas. Ah, Dios, el Cuidador. Espero que no hayáis rearmado el sistema.

—No, sera, todavía no.

—Está bien. Mierda. Ay, me duelen las costillas. Esa cosa, llamando al Departamento, hubiera rematado toda la semana, ¿no os parece? No hacer un trabajo, pasar por alto lo importante. Amy se está portando como una tonta y Sam se siente herido, los CIUD son una porquería, ¿sabéis? Son realmente una porquería.

—Sam está contento de verdad —intervino Catlin.

—Me alegro. —Por alguna razón el dolor volvió a ubicarse allá, detrás de su corazón. Y ella suspiró de nuevo y se frotó los ojos—. Dios, supongo que con eso me he echado a perder el maquillaje. Debo de estar horrible.

—Usted siempre está bonita, sera. —Florian le limpió debajo del ojo izquierdo con la punta de un dedo, después se limpió el dedo en la manga y le limpió el otro ojo—. Ya está.

Entonces, ella sonrió y rió en silencio, sin dolor, mientras observaba dos rostros preocupados, dos seres humanos que atacarían a cualquiera que ella señalara, sin preocuparse por su propia seguridad.

—Deberíamos acostarnos —suspiró Ari—. Tengo que escribir eso mañana. No tengo más remedio. No debería haber hecho esto. Y no quiero levantarme de este sillón, nunca en la vida.


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