— Cambiamos de camino todos los dнas — dijo el teniente Koudelka, quien habнa seguido el diбlogo con dificultad, apretбndose el rostro con un paсuelo -. їCуmo supo dуnde debнa tender la emboscada?
— їInformaciуn interna? — Illyan se alzу de hombros y apretу los dientes ante la idea.
— No necesariamente — intervino Vorkosigan -. Hay una cantidad determinada de caminos posibles. Puede haber estado aguardando varios dнas allн.
— їJusto en el perнmetro de nuestro lнmite de seguridad mбxima? — preguntу Illyan -. No me convence. — A mн me molesta mбs que haya fallado — dijo Vorkosigan -. їPor quй? їHabrб sido una advertencia?
їUn atentado contra mi equilibrio mental, y no contra mi vida?
— Sуlo fue una vieja pieza de artillerнa — explicу Illyan -. Puede haber fallado su trayectoria… nadie detectу el impulso de un telйmetro lбser. — Se detuvo al notar el rostro pбlido de Cordelia -. Estoy seguro de que ha sido un demente solitario, seсora. Al menos sabemos con certeza, que se trata de un solo hombre.
— їCуmo es posible que un demente solitario consiga armas militares? — preguntу ella con aspereza.
luyan pareciу incуmodo.'
— Lo investigaremos. Sin duda es una pieza antigua.
— їNo destruyen los armamentos obsoletos?
— Hay tantos…
Cordelia se enfureciу ante esta declaraciуn poco ingeniosa.
— Sуlo necesitaba un disparo. Si lograba acertar un tiro directo a ese coche blindado, Aral hubiese desaparecido. En este momento su equipo forense estarнa tratando de averiguar cuбles de sus molйculas eran suyas y cuбles de Kou.
Droushnakovн tenнa la tez verdosa. La expresiуn triste de Vorkosigan volviу a ocupar su puesto.
— їQuiere que le dй un cбlculo preciso de la amplitud de resonancia refleja para ese pasajero encerrado, Simуn? — continuу Cordelia acaloradamente -. Quien haya escogido esa arma es un competente tйcnico militar… aunque afortunadamente su punterнa no es tan buena. — Se contuvo para no seguir hablando, ya que aunque nadie mбs lo notу, ella reconocнa la histeria en la velocidad de sus palabras.
— Mis disculpas, capitana Naismith. — El tono de Illyan se volviу mбs cortante -. Tiene toda la razуn. — En su actitud se notу un poco mбs de respeto.
Aral siguiу este intercambio, y por primera vez su rostro se iluminу con una expresiуn algo risueсa.
Illyan se marchу con la mente llena de teorнas referentes a una conspiraciуn. El mйdico confirmу lo que Aral habнa anticipado por su experiencia en combate: tenнa los oнdos aturdidos. Les entregу unas fuertes pнldoras para el dolor de cabeza — Aral se aferrу con firmeza a las suyas — y prometiу regresar por la maсana para volver a examinar a los dos hombres.
Cuando por la noche Illyan regresу a la Residencia Vorkosigan para conferenciar con su jefe de guardia, Cordelia tuvo que controlarse para no cogerlo por las solapas, apretarlo contra una pared y arrancarle la informaciуn que tenнa. Pero sуlo preguntу:
— їQuiйn tratу de matar a Aral? їQuien quiere matar a Aral? їQuй beneficios pretenden obtener?
Illyan suspirу.
— їQuiere la lista corta o la larga, seсora?
— їEs larga la corta? — dijo ella con morbosa fascinaciуn.
— Demasiado larga. Pero puedo nombrarle a los principales, si lo desea. — Los fue contando con los dedos -. Los cetagandaneses, siempre. Habнan contado con que despuйs de la muerte de Ezar, aquн sobrevendrнa el caos polнtico. No me extraсarнa que trataran de provocarlo. Un asesinato es barato comparado con una flota invasora. Los komarrareses, por una vieja venganza o una nueva revuelta. Algunos todavнa llaman al almirante el Carnicero de Komarr…
Conociendo toda la historia que ocultaba ese odioso apelativo, Cordelia se estremeciу.
— Los anti Vor, porque el regente es demasiado conservador para su gusto. La derecha militar, que lo considera demasiado progresista. Los miembros del viejo partido encabezado por el prнncipe Serg y Vorrutyer. Ex agentes del Ministerio de Educaciуn Polнtica, ahora suprimido. El departamento de Negri solнa entrenarlos. Algъn Vor irritado por considerar que ha quedado desplazado en el reciente cambio de poderes. Cualquier lunбtico con acceso a las armas y el deseo de hacerse famoso matando a un personaje pъblico… їdesea que continъe?
— Por favor, no. їPero quй hay de lo ocurrido hoy? Si los motivos proporcionan una gama demasiado amplia de sospechosos, їquй me dice del mйtodo y la oportunidad?
— Disponemos de cierto material con el cual trabajar, aunque la mayor parte resulta negativa. Segъn he observado, ha sido un intento muy hбbil. Quien lo haya planeado debe de haber tenido acceso a cierta clase de informaciуn. Nos ocuparemos de esos aspectos primero.
Lo anуnimo del atentado era lo que mбs la perturbaba, decidiу Cordelia. Cuando el asesino podнa ser cualquiera, el impulso a sospechar de todos se volvнa abrumador. Al parecer, la paranoia era una enfermedad contagiosa allн. Los barrayareses se la contagiaban unos a otros. Bien, las fuerzas combinadas de Negri y de Illyan tendrнan que extraer algunos hechos concretos, y pronto. Guardу todos sus temores en un pequeсo compartimiento en la boca del estуmago, y los mantuvo encerrados allн. Cerca de su hijo.
Vorkosigan la abrazу con fuerza esa noche, acurrucada contra su cuerpo robusto, aunque no intentу ningъn acercamiento sexual. Sуlo la abrazу. Permaneciу despierto durante horas a pesar de los calmantes que nublaban sus ojos. Ella no se durmiу hasta que йl lo hubo hecho. Al fin, sus ronquidos la adormecieron. No habнa mucho que decir.
Fallaron; seguiremos adelante… hasta el prуximo intento.