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— їQuiйnes son los hombres de Vordarian? — preguntу Cordelia a Aral con frustraciуn -. Hace semanas que estoy escapando de ellos, pero es como si sуlo los hubiese vislumbrado unos momentos por un espejo retrovisor. Se supone que uno debe conocer al enemigo. їDe dуnde proviene su interminable provisiуn de hombres?
— Oh, no es interminable. — Aral esbozу una sonrisa y comiу otro bocado del guisado.
Milagrosamente, al fin se encontraban a solas en el sencillo apartamento subterrбneo para oficiales superiores. Un ordenanza les habнa traнdo la cena en una bandeja, colocбndola sobre una mesa baja frente a ellos. Para alivio de Cordelia, entonces Aral habнa despedido al vacilante subordinado.
Aral tragу el bocado y continuу.
— їQuiйnes son? En su mayorнa, cualquiera que, en la cadena de mando, depende de algъn oficial que ha escogido el bando de Vordarian y no ha tenido el valor de desertar de su unidad para presentarse en alguna otra. La obediencia y la cohesiуn han sido profundamente inculcadas en estos hombres. Han aprendido que cuando las cosas se ponen difнciles, deben mantenerse unidos.
Por lo tanto, el desgraciado hecho de que su superior los induzca a la traiciуn hace que se refugien aъn mбs en la uniуn con sus compaсeros. Ademбs — aсadiу con una sonrisa triste -, sуlo serб traiciуn si Vordarian pierde.
— їY Vordarian estб perdiendo?
— Mientras Gregor y yo sigamos con vida, no podrб vencer. — Asintiу con un gesto -. Vordarian me estб acusando de todos los crнmenes que se le ocurren. El mбs grave es el rumor que ha difundido sobre que he secuestrado a Gregor tratando de conseguir el imperio para mн. Supongo que con esto pretende descubrir el escondite de Gregor. Йl sabe que el emperador no estб conmigo. De lo contrario se habrнa sentido tentado de atacar la base con una bomba nuclear. Cordelia frunciу los labios.
— їPues quй quiere? їCapturar a Gregor o matarlo?
— Matarlo sуlo si no logra capturarlo. Cuando llegue el momento adecuado, yo mismo presentarй a Gregor en pъblico.
— їPor quй no ahora?
Aral se reclinу con un suspiro de fatiga, y apartу la bandeja sin terminar la comida.
— Porque quiero ver cuбntos hombres de Vordarian logro atraer a mi bando antes del desenlace. Deserciуn no es el tйrmino correcto… regreso tal vez. No quiero inaugurar mi segundo aсo en funciones con cuatro mil ejecuciones militares. Por debajo de cierto grado, puede concederse un perdуn basado en el juramento de lealtad presentado a sus superiores. Pero quiero salvar a todos los oficiales superiores que pueda. Ademбs de Vordarian, ya hay cinco condes que no tendrбn salvaciуn. Maldito sea por haber iniciado esto.
— їQuй estбn haciendo las tropas de Vordarian? їEsto es una guerra estбtica?
— No del todo. Йl desperdicia su tiempo y el mнo, tratando de ganar algunas plazas fuertes como el depуsito de suministros en Marigrad. Eso nos conviene, ya que mantiene ocupados a los comandantes de Vordarian y no les permite pensar en lo que a nosotros nos preocupa verdaderamente: las fuerzas espaciales. ЎSi encontrara a Kanzian!
— їTus servicios de informaciуn todavнa no lo han localizado? — El almirante Kanzian era uno de los dos hombres del alto mando barrayarйs a quienes Vorkosigan consideraba como sus superiores en estrategia. Kanzian era un especialista en operaciones espaciales; las fuerzas con base en el espacio tenнan gran fe en йl. «Nunca verб estiйrcol pegado a sus botas» lo habнa definido Kou, para diversiуn de Cordelia.
— No, pero Vordarian tampoco lo tiene. Ha desaparecido. Pido a Dios que no haya muerto en algъn estъpido tiroteo callejero, y se encuentre enterrado en alguna parte sin identificaciуn. Serнa una terrible pйrdida.
— їViajar al espacio servirнa de algo? їTe ayudarнa a influir sobre las fuerzas espaciales?
— їPor quй crees que me tomo la molestia de controlar la base Tanery? He considerado los pros y los contras de trasladar el centro de operaciones a una nave. Creo que aъn no serнa conveniente; podrнa interpretarse como el primer paso de una fuga.
Fugarse. Quй idea tan seductora. Lejos, lejos de toda esa demencia hasta que quedase reducida a la pequeсa pantalla de un vнdeo de noticias en la galaxia. Pero… їfugarse de Aral? Cordelia lo observу, reclinado en el sofб, mirando sin ver los restos de su cena. Un hombre maduro y fatigado con uniforme verde, sin ningъn atractivo en particular (exceptuando tal vez sus agudos ojos grises); un intelecto бvido en constante lucha interna con la agresiуn inducida por el miedo, ambos alimentados por toda una vida rebosante de extraсas experiencias. La experiencia barrayaresa.
Deberнas haberte enamorado de un hombre feliz, si lo que buscabas era felicidad. Pero no, tuviste que ceder ante la soberbia belleza, del dolor…
Los dos serнan como una sola carne. Quй literal se habнa vuelto esa antigua frase. Un pequeсo trozo de carne, prisionero tras las lнneas enemigas en una rйplica uterina, los unнa ahora como a hermanos siameses. Si el pequeсo Miles morнa, їese lazo quedarнa cortado?
— їQuй… quй estamos haciendo respecto a los rehenes de Vordarian?
Йl suspirу.
— Eso es un hueso duro de roer. Despojado de todo lo demбs, cosa que poco a poco vamos logrando, Vordarian todavнa tiene prisioneros a mбs de veinte condes y a Kareen. Y a varios cientos de personas menos importantes.
— їComo por ejemplo Elena?
— Sн. Y sin olvidarnos de la misma ciudad de Vorbarr Sultana. Para lograr su salida del planeta, podrнa amenazar con atomizar la ciudad. He barajado la idea de negociar la cuestiуn y hacerlo asesinar mбs tarde. No puedo permitir que escape; serнa injusto con todos aquellos que ya han muerto por serme leales. їQuй pacto podrнa satisfacer a todas esas almas traicionadas? No.
»Por lo tanto, estamos planeando incursiones de rescate para el desenlace. Cuando la deserciуn de hombres alcance un punto crнtico y Vordarian se sienta invadido por el pбnico. Mientras tanto, nos limitarnos a esperar. Cuando llegue el momento final… estarй dispuesto a sacrificar rehenes antes de permitir que Vordarian escape. — Su mirada fija adquiriу un brillo siniestro.
— їIncluso a Kareen?
їA todos los rehenes? їIncluso al mбs pequeсo?
— Incluso a Kareen. Ella es una Vor. Lo comprenderб.
— Es la mejor prueba de que yo no soy una Vor — dijo Cordelia tristemente -. No entiendo nada de toda esta… locura ritualizada. Creo que deberнais someteros a una terapia, hasta el ъltimo de vosotros.
Йl esbozу una sonrisa.
— їCrees que lograrнamos convencer a Colonia Beta para que nos envнe un batallуn de psicoanalistas como ayuda humanitaria? їA aquel con quien mantuviste esa discusiуn, tal vez?
Cordelia emitiу un gruсido. Bueno, no se podнa negar que en abstracto, desde fuera, la historia de Barrayar adquirнa cierta belleza dramбtica. Un juego de pasiones. Sуlo cuando uno se acercaba descubrнa la estupidez de todo aquello, veнa disolverse el mosaico en pequeсas piezas que no casaban.
Cordelia vacilу unos instantes y entonces preguntу:
— їNos estamos dedicando al juego de los rehenes? — No estaba segura de querer escuchar la respuesta.
Vorkosigan sacudiу la cabeza.
— No. Йsa ha sido la tarea mбs difнcil de toda la semana: han venido a verme hombres que tienen mujeres e hijos en la capital y he debido mirarles a los ojos y decir «no». — Aral acomodу los cubiertos sobre la bandeja, colocбndolos en su posiciуn original, y aсadiу con tono reflexivo -: Pero ellos no tienen una visiуn lo bastante amplia. Por ahora, esto no es una revoluciуn, sino un simple golpe palaciego. Con excepciуn de algunos informantes, la poblaciуn se encuentra inerte u oculta. Vordarian estб apelando a la йlite de los conservadores, a los Vor mбs viejos, y al ejйrcito. Los condes no cuentan. La nueva tecnocultura en las escuelas estб formando a miles de plebeyos progresistas. Ellos son las mayorнas del futuro. Quisiera brindarles cierto mйtodo para distinguir a los buenos de los malos, aparte de unas franjas en el brazo. La persuasiуn moral es una fuerza mбs poderosa de lo que sospecha Vordarian. їQuй general de la vieja Tierra dijo que lo moral es a lo material como el tres es a cero? Oh, Napoleуn, йse fue. Fue una lбstima que no siguiera su propio consejo. Yo dirнa que como el cinco es a cero, para esta guerra en concreto.
— ї Pero tus fuerzas se equilibran? їQuй me dices de lo material?
Vorkosigan se encogiу de hombros.
— Ambos tenemos acceso a las suficientes armas para destruir Barrayar. La potencia bйlica no es la cuestiуn principal. No obstante, mi legitimidad implica una enorme ventaja, ya que las armas deben ser manejadas por hombres. De ahн los intentos de Vordarian por socavar esa legitimidad acusбndome de haber secuestrado a Gregor. Me propongo desenmascarar su mentira.
Cordelia se estremeciу.
— Sabes, creo que no quisiera estar en el bando de Vordarian.
— Oh, todavнa le quedan algunos recursos para vencer. Todos ellos incluyen mi muerte. Sin mн como lнder, el ъnico regente designado por el difunto Ezar, їquй queda para escoger? Las pretensiones de Vordarian serнan tan lнcitas como las de cualquier otro. Si me matara y lograra apoderarse de Gregor, o viceversa, lograrнa afianzar en gran medida su posiciуn. Hasta el prуximo golpe, y una sucesiуn de revueltas y asesinatos por venganza se irнa extendiendo indefinidamente en el futuro… — Aral entornу los pбrpados mientras imaginaba esta visiуn siniestra -. Йsta es mi peor pesadilla: que si perdemos la guerra, los enfrentamientos no cesarбn hasta que otro Dorca Vorbarra el Justo ponga fin a otro Siglo Sangriento. Dios sabe cuбndo. Francamente, no veo a ningъn hombre de ese calibre entre los de mi generaciуn.
Consulta con el espejo, pensу Cordelia con expresiуn sombrнa.
— Ah, por eso querнas que me visitase el mйdico primero — bromeу Cordelia con Aral esa noche. Cuando ella le hubo aclarado algunos puntos confusos, el mйdico la habнa examinado meticulosamente, cambiу su prescripciуn de ejercicio fнsico por descanso y le permitiу reanudar sus relaciones matrimoniales con prudencia. Aral sуlo sonriу y le hizo el amor como si fuese de cristal. Segъn Cordelia pudo comprobar esa noche, йl ya estaba prбcticamente recuperado del ataque con la soltoxina. Durmiу como un tronco, aunque resultу mucho mбs cбlido, hasta que su consola los despertу al amanecer. Seguramente se habнa producido alguna conspiraciуn militar para que no sonara mбs temprano. Cordelia pudo imaginar a algъn soldado diciendo a Kou: «Sн, dejemos que el Viejo disfrute de su primera noche, tal vez se ablande un poco…»