— Muy halagador, pero… їquй clase de cosa?
— El ъltimo informe especial de Vordarian tiene un nuevo giro. Kou, vuelve a pasar el vнdeo, por favor.
Las emisiones propagandistas de Vordarian solнan ser objeto de burlas por parte de los hombres de Vorkosigan. En esta ocasiуn sus rostros reflejaban mбs gravedad.
Vordarian apareciу en uno de los salones de la Residencia Imperial, el formal y sereno Salуn Azul. Ezar
Vorbarra solнa realizar sus raras declaraciones pъblicas desde ese lugar. Vorkosigan frunciу el ceсo.
Vordarian estaba sentado, vestido con su uniforme de gala, sobre un sofб de seda color marfil. La princesa Kareen estaba a su lado. Tenнa el cabello recogido por medio de unas peinetas con incrustaciones de joyas. Llevaba un impresionante vestido negro, serio y formal.
Vordarian sуlo pronunciу una pocas palabras vehementes, solicitando la atenciуn de los espectadores. En el vнdeo apareciу la gran cбmara del Consejo de Condes en el castillo Vorhartung. La cбmara se acercу a un primer plano del lord Guardiбn de los Portavoces, vestido con todas sus galas reales. A juzgar por sus repetidas miradas en una direcciуn concreta, aparte de la cбmara debнa haber alguna otra cosa apuntada a la cabeza del lord Guardiбn. Cordelia imaginу a un hombre con un arma mortal, o tal vez todo un pelotуn, en ese punto invisible para ellos.
El lord Guardiбn alzу un telegrama plбstico y comenzу:
«Cito textualmente: debido al…» — Ў Ah, muy hбbil! — murmurу Vortala. Koudelka detuvo el vнdeo para decir: — їPerdуn, ministro?
— Eso de «cito textualmente»… acaba de distanciarse de las palabras que estб a punto de leer en ese telegrama. La primera vez no me fijй. Bien, Georgos, bien — dijo Vortala a la figura paralizada -. Adelante, teniente. No pretendнa interrumpir.
La imagen del holovнdeo continuу: «… vil asesinato del niсo emperador Gregor Vorbarra, y a la traiciуn de sus sagrados votos por parte del usurpador Vorkosigan, el Consejo de Condes declara al falso regente un traidor, lo degrada, lo despoja de sus poderes y lo considera proscrito. En este dнa, el Consejo de Condes confirma al conde comodoro Vidal Vordarian como Primer Ministro y regente en actividad para la princesa viuda Kareen Vorbarra, conformando un gobierno interino de emergencia hasta que se encuentre un nuevo heredero confirmado por el Consejo de Condes y el Consejo de Ministros en una asamblea plenaria.»
Continuу con otras cuestiones legales mientras la cбmara recorrнa la habitaciуn.
— Congele la imagen, Koudelka — pidiу Vortala, y moviу los labios mientras contaba -. ЎJa! Ni siquiera un tercio se encuentra presente. Ni siquiera se acerca al quorum. їA quiйn cree que engaсa?
— Un hombre desesperado, unas medidas desesperadas — murmurу Kanzian mientras Koudelka pulsaba el control del holovнdeo.
— Mira a Kareen — indicу Vorkosigan a Cordelia.
La imagen regresу a Vordarian y la princesa. Vordarian continuу con un discurso tan hipуcrita que Cordelia necesitу unos momentos para descifrar que con la expresiуn «protector personal» Vordarian estaba anunciando un compromiso de matrimonio. Su mano se cerrу sobre la de Kareen, aunque continuу mirando a la cбmara. Ella alzу la mano para recibir un anillo, sin alterar su expresiуn serena. El vнdeo terminaba con una mъsica solemne. Fin. Afortunadamente les habнan ahorrado cualquier comentario postmуrtem; por lo visto, nadie preguntaba nada a los barrayareses de la calle hasta que los disturbios se hacнan tan ruidosos que nadie se atrevнa a ignorarlos.
— їCуmo analizarнas la reacciуn de Kareen? — le preguntу Aral a Cordelia.
Ella alzу las cejas.
— їQuй reacciуn? їCуmo analizarla? ЎNo dijo ni una palabra!
— Precisamente. їTe pareciу que estaba drogada? їO bajo coacciуn? їContaba con su consentimiento? їHan logrado engaсarla cor la propaganda de Vordarian o quй? — Frustrado, Vorkosigan observу la pantalla vacнa -. Kareen siempre ha sido reservada, pero йsta ha sido la actuaciуn mбs impenetrable que jamбs haya visto.
— Pбselo otra vez, Kou — dijo Cordelia. Hizo que se detuviera en las mejores tomas de Kareen. Estudiу su rostro con la imagen congelada, apenas menos animado que cuando estaba en movimiento -. No parece aturdida ni bajo el efecto de un sedante. Y no mira a un lado como el Portavoz.
— їNadie la amenaza con un arma? — preguntу Vortala.
— O tal vez simplemente no le importe — sugiriу Cordelia.
— їConsentimiento o compulsiуn? — repitiу Vorkosigan.
— Tal vez ninguna de las dos cosas. Se ha enfrentado a esta clase de disparates durante toda su vida adulta… їquй esperбis de ella? Sobreviviу a tres aсos de matrimonio con Serg, antes de que Ezar la amparara. Tuvo que ser una verdadera experta en saber quй cosas debнa callar y cuбndo hacerlo.
— Pero someterse pъblicamente a Vordarian… si lo considera responsable por la muerte de Gregor…
— Sн, їquй cree ella? Si realmente piensa que su hijo estб muerto (aunque no crea que tъ lo hayas matado), entonces sуlo queda velar por su propia supervivencia. їPara quй arriesgarla por una futilidad dramбtica, si eso no ayudarнa a Gregor? їQuй te debe ella a ti, a todos nosotros en realidad? Por lo que ella sabe, le hemos fallado.
Vorkosigan esbozу una mueca de disgusto. Cordelia continuу.
— Vordarian ha estado controlando su acceso a la informaciуn, sin duda. Hasta puede haberla convencido de que estб triunfando. Ella es una superviviente; hasta el momento ha logrado sobrevivir a Serg y a Ezar. Tal vez se proponga sobreviviros a ti y a Vordarian tambiйn. Quizб crea que su ъnica venganza sea vivir lo suficiente para escupir sobre las tumbas de todos vosotros.
Uno de los oficiales de estado murmurу:
— Pero es una Vor. Su obligaciуn era oponerse a йl.
Cordelia lo favoreciу con una sonrisa radiante.
— Oh, pero nunca se sabe lo que piensa una mujer barrayaresa por lo que dice delante de los hombres. Aquн la sinceridad no es particularmente apreciada, їsabe?
El hombre le dirigiу una mirada inquieta. Drou esbozу una sonrisa amarga. Vorkosigan emitiу una risita. Koudelka parpadeу.
— Entonces, Vordarian se ha cansado de esperar y se designa regente a sн mismo — murmurу Vortala.
— Y Primer Ministro — seсalу Vorkosigan.
— Estб ansioso.
— їPor quй no ha tratado de conseguir directamente el imperio? — preguntу el oficial.
— Estб tanteando el terreno — le respondiу Kanzian.
— Figura mбs adelante en el guiуn — opinу Vortala.
— O tal vez antes, si lo forzamos un poco — sugiriу Kanzian -. El ъltimo paso fatal. Debemos considerar la posibilidad de empujarlo un poco.
— No podremos esperar mucho mбs — dijo Vorkosigan con firmeza.
El rostro espectral de Kareen permaneciу fijo en la mente de Cordelia todo ese dнa, y regresу cuando despertу a la maсana siguiente. їQuй pensaba Kareen? їQuй sentнa, en realidad? Tal vez estaba aturdida, tal como sugerнa la evidencia. Tal vez esperaba una oportunidad. Tal vez se habнa entregado a Vordarian.
Si supiera en quй creнa, sabrнa lo que estб haciendo. Si supiera quй estaba, haciendo, sabrнa en quй cree. Demasiadas incуgnitas en esta ecuaciуn. Si yo fuera Kareen… їЙsta serнa una analogнa vбlida? їCordelia podнa comparar su razonamiento con el de otra persona? їPodнa hacerlo alguien? Ella y la princesa se parecнan en algunas cosas: ambas eran mujeres de edades similares, madres de hijos en peligro… Cordelia cogiу el zapato de Gregor que estaba entre sus escasas pertenencias montaсesas y empezу a darle vueltas. Mamб tirу para que fuese con ella, y entonces fue cuando perdн mi zapato. Ella se lo quedу en la mano. Tendrнa que haberlo atado mбs fuerte… Tal vez debiese confiar en su propio criterio. Tal vez supiese exactamente lo que pensaba Kareen.
Cuando la consola zumbу, cerca de la hora en que lo habнa hecho el dнa anterior, Cordelia corriу a responder. їUn nuevo mensaje de la capital, una nueva evidencia, algo para quebrar ese cнrculo irracional? Pero el rostro que se materializу en la pantalla no fue el de Koudelka, sino el de un desconocido, con una insignia de Inteligencia en el cuello.
— їSeсora Vorkosigan? — comenzу con deferencia.
— їSн?
— Soy el mayor Sircoj, oficial de servicio en la entrada principal. Mi tarea es examinar a cada persona nueva que llega, hombres que han abandonado unidades traidoras para unirse a nosotros, y registrar cualquier nueva informaciуn que hayan traнdo. Hace media hora apareciу un hombre que afirma haber escapado de la capital, pero se niega a someterse a un interrogatorio voluntario. Hemos confirmado su afirmaciуn de que ha sido condicionado para rechazar el pentotal… si tratamos de inyectarlo, lo mataremos. Йl insiste en hablar con usted. Podrнa ser un asesino.
El corazуn de Cordelia comenzу a latir con fuerza.
Se inclinу hacia el holovнdeo como si hubiese podido meterse en йl.
— їTrae algo consigo? — preguntу con agitaciуn -. їAlgo como una caja de medio metro de altura, con muchas luces parpadeantes? їAlgo misterioso capaz de poner nervioso a cualquier guardia? ЎSu nombre, mayor!
— Solamente trae las ropas que lleva puestas. No se encuentra en muy buena forma. Se llama Vaagen. Capitбn Vaagen.
— Irй ahora mismo.
— ЎNo, seсora! El hombre prбcticamente delira. Podrнa ser peligroso. No puedo permitir que…
Ella lo dejу hablando en una habitaciуn vacнa. Droushnakovi tuvo que correr para alcanzarla. Cordelia llegу a las oficinas de seguridad en la entrada principal en menos de siete minutos, y se detuvo en el pasillo para recuperar el aliento. Para recuperar el alma, que deseaba salir volando por su boca. Calma. Calma. Al parecer los desvarнos no eran el mejor modo de aproximarse a Sircoj.
Cordelia alzу el mentуn y entrу en la oficina.
— Diga al mayor Sircoj que la seсora Vorkosigan se encuentra aquн para verlo — ordenу al secretario, quien alzу las cejas impresionado y se inclinу sobre su consola.
Sircoj tardу lo que a Cordelia le parecieron interminables minutos en aparecer. Finalmente abriу una puerta.
— Debo ver al capitбn Vaagen.
— Seсora, podrнa ser peligroso. — Sircoj comenzу exactamente donde ella lo habнa interrumpido -. Podrнa estar programado de algъn modo imprevisto.
Cordelia considerу la posibilidad de cogerlo por el cuello y apretar hasta que entrara en razуn, pero no le pareciу prбctico. Respirу hondo.
— їQuй me permitirб hacer? їAl menos puedo verlo por vнdeo?