— Se estarб entregando a Vordarian como rehйn — le advirtiу Bothari.
— Vordarian me ha tenido como rehйn desde el dнa en que se llevу a Miles — seсalу Cordelia con tristeza -. Esto no cambiarб nada.
Despuйs de negociar a gritos a travйs de la puerta durante unos minutos, aceptaron la rendiciуn y tiraron fuera sus armas. Los guardias trajeron un detector de explosivos para asegurarse, y luego cuatro de ellos entraron en la pequeсa habitaciуn para registrar a sus nuevos prisioneros. Dos mбs esperaron fuera. Cordelia no hizo ningъn movimiento brusco que pudiese alarmarlos. Un guardia frunciу el ceсo confundido al ver que el bulto sospechoso en el chaleco de Cordelia resultу ser un zapato de niсo. Lo dejу sobre la mesa, junto a la bandeja.
El comandante, un hombre con la librea color rojo oscuro y dorado de Vordarian, hablу por el intercomunicador.
— Sн. Todo estб en orden. Comunнquelo a Vordarian. No, йl ordenу que lo despertaran. їQuerrб explicarle usted por quй no lo hizo? Gracias.
Los guardias no los sacaron al pasillo, sino que se limitaron a esperar. El hombre que habнa perdido el sentido por el puсetazo de Bothari fue arrastrado fuera. Con los brazos extendidos sobre la pared y las piernas separadas, colocaron a Cordelia junto a Bothari y Droushnakovi. Estaba aturdida por la desesperaciуn. Pero Kareen se acercarнa a ella en algъn momento, aun como prisionera. Debнa hacerlo. Sуlo necesitaba treinta segundos con Kareen, tal vez menos.
Cuando vea a. Kareen, serбs hombre muerto, Vordarian. Podrбs caminar, hablar y dictar уrdenes, ignorante de tu muerte durante semanas, pero yo sellarй tu destino tal como tъ has sellado el de mi hijo.
Al fin se materializу el motivo de la espera; Vordarian en persona, con pantalones verdes y el torso desnudo, entrу en la habitaciуn. Tras йl apareciу la princesa Kareen, quien sujetaba una bata de terciopelo rojo contra su cuerpo. El corazуn de Cordelia doblу sus latidos. їAhora?
— Muy bien. Veo que la trampa funcionу — comenzу Vordarian con tono complaciente, pero agregу una exclamaciуn de sorpresa cuando Cordelia se apartу de la pared y se volviу para enfrentarlo. Йl alzу una mano para detener al guardia. La sorpresa dejу paso a una sonrisa de lobo en su rostro -. ЎDios mнo! ЎVaya si funcionу! ЎExcelente! — A sus espaldas, Kareen mirу a Cordelia, completamente perpleja.
Mi trampa funcionу, pensу Cordelia. Obsйrvame…
— De eso se trata, seсor — dijo el hombre de librea, en absoluto satisfecho -. No funcionу. No descubrimos a este grupo fuera de la Residencia ni le despejamos el camino… simplemente aparecieron de la nada. No debiу haber ocurrido. Si no hubiera venido aquн buscando a Rogen, tal vez no los habrнamos descubierto.
Vordarian se alzу de hombros. Estaba demasiado encantado con la presa que acababa de atrapar como para emitir alguna palabra de censura.
— Interrogad a esa niсa con pentotal — dijo seсalando a Droushnakovi -, y supongo que averiguarйis cуmo lo hicieron. Ella trabajaba en seguridad aquн.
Droushnakovi se volviу con una mirada acusadora hacia la princesa Kareen. De forma inconsciente, йsta se apretу aъn mбs la bata y sus ojos oscuros la miraron con el mismo dolor interrogante.
— Bien — dijo Vordarian sin dejar de sonreнr a Cordelia -, їlord Vorkosigan se encuentra tan limitado de tropas que debe enviar a su esposa para que haga el trabajo? No podemos perder. — Sonriу a sus guardias, quienes le devolvieron la sonrisa.
Mierda, me arrepiento de no haber matado a este mamуn mientras dormнa.
— їQuй ha hecho con mi hijo, Vordarian?
— Una mujerzuela de otro planeta nunca lograrб el control de Barrayar tramando otorgar el imperio a un mutante. Eso lo puedo garantizar.
— їЙsa es la versiуn oficial? Yo no quiero poder. Sуlo me quejo cuando los idiotas lo tienen sobre mн.
A espaldas de Vordarian, los labios de Kareen se curvaron con tristeza.
ЎSн, escъchame Kareen!
— їDуnde estб mi hijo, Vordarian? — repitiу Cordelia con obstinaciуn.
— Es el emperador Vidal ahora — observу Kareen, mirando a uno y a otro -, si logra conservar el tнtulo.
— Lo harй — le prometiу Vordarian -. Aral Vorkosigan no tiene mбs derechos de linaje que yo. Y yo sн sabrй proteger y preservar al verdadero Barrayar, no fallare como los de su partido. — Volviу un poco la cabeza, como dirigiendo esta ъltima frase a Kareen.
— Nosotros no hemos fallado — susurrу Cordelia, mirando a Kareen a los ojos. Ahora. Alzу el zapato de la mesa y extendiу el brazo; la princesa abriу los ojos de par en par y se abalanzу sobre la prenda. La mano de Cordelia se contrajo, como un mensajero entregando el testigo en una mortal carrera de relevos. La certidumbre ardiу como un fuego en su alma. Ahora, te tengo, Vordarian. El movimiento repentino despertу cierta inquietud entre los guardias armados. Kareen examinу el zapato con apasionada intensidad, haciйndolo girar entre sus manos. Vordarian alzу las cejas confundido, pero entonces se volviу hacia su jefe de guardia.
— Mantendremos a estos tres prisioneros en la Residencia. Yo asistirй personalmente a los interrogatorios. Se trata de una oportunidad espectacular…
Cuando Kareen volviу a levantar el rostro hacia Cordelia, sus ojos estaban llenos de esperanza.
Sн, pensу Cordelia. Has sido traicionada. Te han mentido. Tu hijo vive. Ahora debes volver a pensar y a sentir; basta de andar por ahн como un alma en pena, mбs allб del dolor. Lo que te he traнdo no es ningъn obsequio. Es una maldiciуn.
— Kareen — dijo Cordelia con suavidad -. їDуnde estб mi hijo?
— La rйplica se encuentra sobre un estante en el guardarropa de roble, en la antigua alcoba del emperador — respondiу Kareen con firmeza, mirбndola a los ojos -. їDуnde estб el mнo?
El corazуn de Cordelia se llenу de gratitud.
— Se encontraba a salvo y bien, cuando lo vi por ъltima vez. Y seguirб asн mientras este hombre — moviу la cabeza hacia Vordarian — no descubra dуnde estб. Gregor la echa de menos. Le envнa su amor. — Sus palabras parecieron clavarse en el cuerpo de Kareen.
Esto atrajo la atenciуn de Vordarian.
— Gregor estб en el fondo de un lago. Muriу cuando su aeronave cayу con ese traidor de Negri — replicу con dureza -. La mentira mбs insidiosa es aquella que quieres escuchar. Ten cuidado, mi querida Kareen. Yo no pude salvarlo, pero lo vengarй. Te lo juro.
Oh, espera Kareen. Cordelia se mordiу el labio. Aquн no. Es demasiado peligroso. Espera a tener una ocasiуn mejor. Cuando el maldito estй dormido, al menos… Pero si ni siquiera una betanesa se atrevнa a dispararle a su enemigo mientras dormнa, їcuбnto menos una Vor? Ella es una verdadera Vor…
Los labios de Kareen se curvaron con una sonrisa. Tenнa los ojos brillantes.
— Esto nunca ha estado sumergido — observу con suavidad.
Cordelia escuchу el tono asesino latente en su voz; al parecer, Vordarian sуlo escuchу cierto alivio aniсado. Mirу el zapato sin comprender el mensaje, y sacudiу la cabeza como si tratara de aclarбrsela.
— Algъn dнa tendrбs otro hijo — le prometiу con suavidad -. Nuestro hijo.
Espera, espera, espera, gritу Cordelia interiormente.
— No — susurrу Kareen. Retrocediу hasta el guardia de la puerta, le arrancу el disruptor nervioso de la funda, lo apuntу a Vordarian y disparу.
El guardia alcanzу a desviarle la mano, y el disparo fue a dar contra el techo. Vordarian corriу a protegerse detrбs de la mesa, el ъnico mueble de la habitaciуn. Por puro reflejo, el hombre de librea extrajo su disruptor nervioso y disparу. El rostro de Kareen se contorsionу de agonнa mientras un fuego azul envolvнa su cabeza: su boca se abriу en un ъltimo grito silencioso.
Espera, seguнa gimiendo la mente de Cordelia.
— ЎNo! — gritу Vordarian horrorizado, arrancando el arma de las manos de otro guardia. Al comprender la enormidad de su error, el hombre de librea soltу su disruptor como si le quemase. Vordarian le disparу.
Cordelia sintiу que la habitaciуn se inclinaba. Su mano se cerrу sobre la empuсadura del bastуn de estoque y la funda saliу volando para dar contra la cabeza de un hombre. Entonces descargу la espada sobre la muсeca de Vordarian. Йl gritу y dejу caer el disruptor nervioso, baсado en sangre. Droushnakovi ya se estaba abalanzando sobre un arma caнda. Bothari se desembarazу de su blanco con un simple golpe mortal en el cuello. Cordelia cerrу la puerta para impedir el paso de los otros guardias. La descarga de un aturdidor zumbу contra una pared, y entonces tres rayos azules, disparados por Droushnakovi en rбpida sucesiуn, acabaron con el ъltimo de los hombres de Vordarian.
— Captъrelo — le gritу Cordelia a Bothari. Vordarian, quien temblaba mientras se sujetaba la mano derecha, casi separada del brazo, no estaba en condiciones de resistirse, aunque de todos modos pateу y gritу. Su sangre tenнa el mismo color que la bata de Kareen. Bothari lo sujetу por el cuello con firmeza, y apuntу el disruptor a su sien.
— Salgamos de aquн — dijo Cordelia, y abriу la puerta de un puntapiй -. A la alcoba del emperador. — A Miles. Los otros guardias de Vordarian, preparados para disparar, se detuvieron al ver a su lнder.
— ЎAtrбs! — rugiу Bothari, y todos se apartaron de la puerta. Cordelia cogiу a Droushnakovi del brazo, y juntas pasaron sobre el cuerpo de Kareen. Sus miembros de marfil yacнan enredados en la tela roja, hermosas formas abstractas incluso en la muerte. Utilizando a Bothari y a Vordarian como escudo, las mujeres retrocedieron por el pasillo.
— Coja mi arco de plasma y comience a disparar — bramу Bothari a Cordelia. Sн; Bothari habнa logrado recuperarlo en algъn momento de la pelea.
— No puede incendiar la Residencia — exclamу Drou, horrorizada.
Esa ala sola ya albergaba una fortuna en antigьedades y objetos histуricos barrayareses, sin duda. Cordelia esbozу una amplia sonrisa, se apoderу del arma y disparу en el pasillo. Los muebles de madera y los antiguos tapices se encendieron apenas fueron rozados por el fuego.
Te quemarй. Te quemarй por Kareen. Harй una pira en ofrenda a su coraje y su dolor, una pira que arderб mбs y mбs alto… Cuando llegaron a la alcoba del emperador, Cordelia completу el cuadro lanzando una descarga por el pasillo que acababa de atravesar. Esto es por lo que me habйis hecho a mн, y a mi hijo… Las llamas detendrнan a sus perseguidores unos cuantos minutos. Cordelia sintiу que su cuerpo flotaba, ligero como el aire. їAsн se sentirб Bothari cuando mata?