Los siguientes cuatro pases mágicos están tan íntimamente relacionados con la respiración que deben practicarse con moderación -una vez al día.

11. Las alas de la recapitulación.

Este pase mágico se inicia con una inhalación profunda al mismo tiempo que los dos antebrazos se elevan al nivel de los hombros, con las manos al nivel de los oídos. Los antebrazos se mantienen verticales yequidistantes entre sí. A continuación se exhala al mismo tiempo que los antebrazos se jalan hacia atrás tan lejos como sea posible sin inclinados en ninguna dirección. Se inhala entonces profundamente a La vez que el brazo izquierdo traza un semicírculo que comienza al nivel del hombro, continúa hacia adelante, tan lejos como el brazo pueda extenderse, y luego lateralmente, dibujando un semicírculo hacia atrás, tan lejos como el brazo pueda extenderse. El brazo hace una curva al final de esta extensión, regresa hacia adelante y luego hacia atrás a su posición inicial de reposo a los lados del cuerpo.

El mismo movimiento se repite con el otro brazo. Ambos brazos trazan este semicírculo con apariencia de alas durante una larga exhalación. Este movimiento se finaliza con una profunda respiración abdominal.

12. La ventana de la recapitulación.

La primera parte de este pase mágico es exactamente igual al anterior; se respira profundamente con las manos levantadas al nivel de los oídos. Los antebrazos se mantienen en una posición perfectamente vertical. En seguida se exhala largamente cuando los brazos se jalan para atrás. Se respira profundamente al mismo tiempo que los codos se levantan lateralmente al nivel de los ojos, cruzando ligeramente los antebrazos que se tocan entre sí, con las muñecas dobladas y los dedos apuntando hacia arriba. Las manos crean así una abertura frente a los ojos que tiene la apariencia de una pequeña ventana a través de la cual, los chamanes aseguran, el practicante puede asomarse al infinito. A continuación se exhala profundamente a la vez que los brazos se extienden lateralmente, las manos también se extienden y se mantienen al mismo nivel de los codos.

En este pase mágico, la ventana de la recapitulación, el brazo izquierdo está más cercano al cuerpo y el brazo derecho se halla frente al izquierdo. 13. Las cinco respiraciones profundas.

El comienzo de este pase mágico es exactamente como los dos anteriores. En la segunda inhalación se bajan los brazos y se cruzan al nivel de las rodillas, al mismo tiempo que el practicante se sienta casi en cuclillas. Las manos agarran la parte trasera de las rodillas. Los dedos índice y medio se colocan en el tendón que se encuentra en la corva y el dedo pulgar envuelve la parte interior de la rodilla. La exhalación se termina en ese momento y en seguida se inhala profundamente al mismo tiempo que se presiona el tendón.

Los chamanes aseguran que esta es la única posición en la que los practicantes pueden respirar profundamente hasta llenar sus pulmones completamente, desde la parte inferior hasta el tope, al empujar el diafragma hacia abajo. Se respira cinco veces de esta forma.

14. Extraer energía de nuestra franja de conciencia.

Los chamanes creen que el único brillo de conciencia que nos queda se encuentra en la parte inferior de la esfera luminosa que somos, este brillo es un borde que se extiende en un círculo y alcanza el nivel de los talones. La primera parte de este pase mágico, como ocurre en esta serie de cuatro, es la misma que los otros tres. En la segunda inhalación los brazos bajan y envuelven las pantorrillas de adelante hacia atrás al mismo tiempo que el practicante se sienta en cuclillas. El dorso de las manos descansa encima de los dedos de los pies y, en esta posición, se inhala y se exhala profundamente tres veces. El cuerpo se endereza después de la última exhalación, y luego se inhala profundamente para finalizar el pase mágico.

Pases mágicos que ayudan a ensoñar

El ensueño tiene que ver exclusivamente con el desplazamiento del punto de encaje. Los pases mágicos que los chamanes del México antiguo utilizaban como ayuda para ensoñar han sido diseñados para desplazar el punto de encaje lanzándolo hacia adelante.

1. Aflojar el punto de encaje con un movimiento que coloca el canto de la mano frente a los ojos.

El brazo izquierdo sube frente a la cara con un golpe de punta de lanza hacia arriba. Los dedos se mantienen juntos y estirados. La palma de la mano gira hasta que el canto de la mano o el dedo meñique esté frente a los ojos.

Este pase mágico se ejecuta en sucesión con ambos brazos tantas veces como el practicante lo desee. Las rodillas se mantienen ligeramente dobladas para proporcionar una mayor estabilidad y fuerza de empuje.

2. Forzar el punto de encaje a que se caiga.

El cuerpo se mantiene en una posición completamente vertical.

Las rodillas están estiradas, y los tendones de la corva tan tensos como sea posible. El brazo izquierdo estirado se coloca atrás, a unos cuantos centímetros del cuerpo, con la palma de la mano mirando hacia abajo, doblando la muñeca pronunciadamente y con los dedos apuntando hacia atrás. El brazo derecho se coloca adelante en la misma posición, con la palma de la mano mirando hacia abajo, doblando la muñeca pronunciadamente y con los dedos apuntando hacia adelante.

Se gira la cabeza en la misma dirección del brazo que está atrás. Se repite el mismo movimiento con el otro brazo. 3. Invitar al punto de encaje a que se caiga al extraer energía de las glándulas suprarrenales y transferida al frente.

Este pase mágico se inicia colocando el brazo izquierdo atrás del cuerpo con la mano en posición de garra al nivel de los riñones. Los dedos se mantienen apretadamente juntos al mismo tiempo que la mano se desliza con fuerza a través del área de los riñones de derecha a izquierda.

El brazo derecho ejecuta entonces el mismo movimiento a la vez que el brazo izquierdo, con los dedos extendidos, unta la energía del área de los riñones en el área del estómago de derecha a izquierda. Este pase mágico se repite en sucesión con cada brazo tantas veces como el practicante lo desee. Las rodillas se mantienen ligeramente dobladas para proporcionar mayor estabilidad y fuerza.

4. Mover los tipos de energía 'A' y 'B'.

Los chamanes creen que todo en el universo está compuesto de fuerzas duales, y que nosotros estamos sometidos a esta dualidad en todos los aspectos de nuestra vida. En un nivel energético, ellos creen que hay dos fuerzas que entran en juego. Los chamanes de hoy en día las llaman la fuerza 'A' y la fuerza 'B', o la fuerza 1 y la fuerza 2, ó la fuerza izquierda y la fuerza derecha. Don Juan Matus las llamaba las fuerzas 'A' y 'B' cuando enseñaba esto a sus discípulos. Decía que la fuerza 'A' es la fuerza que empleamos comúnmente para tratar con los asuntos de la vida cotidiana, y la representaba con una línea vertical.

También decía que la fuerza 'B' es comúnmente una fuerza oscura que casi nunca se emplea; se mantiene tendida horizontalmente. La representaba como una línea horizontal dibujada en la base del lado izquierdo de la línea vertical, formando de esta manera una letra 'L' mayúscula al revés.

Decía que los chamanes son seres que han logrado convertir la energía 'B', en general tendida en forma horizontal y sin usarse, en una línea vertical activada. En consecuencia, lograron darle un descanso a la energía 'A'. Don Juan representaba este proceso dibujando una línea horizontal en la parte derecha de la base de la línea vertical, dando como resultado la letra 'L' mayúscula.


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