En este pase mágico, dicho proceso se representa con los antebrazos. Se inicia con el antebrazo derecho elevado verticalmente adelante del cuerpo, con el codo al nivel de los hombros, y el brazo izquierdo flexionado horizontalmente con la palma de la mano mirando hacia abajo y la parte posterior de ésta justo debajo del codo derecho. Ambos brazos ejercen una presión hacia abajo, y esta presión se balancea con un jalón hacia arriba, como si hubiese dos fuerzas actuando simultáneamente en ambos brazos. Los brazos se mantienen bajo esta tensión mientras se cuenta hasta veinte. La mirada se enfoca en un punto en medio de los dos brazos, manteniendo éstos en la periferia de la visión.

Se ejecuta el mismo movimiento invirtiendo la posición de los brazos.

5. Envolver la energía del punto de encaje y proyectarla hacia afuera con un puño.

Los brazos se mantienen al nivel de los hombros con los codos flexionados. Las manos se colocan una encima de la otra con las palmas mirando hacia abajo. Se hacen tres círculos con las manos girando una alrededor de la otra; entonces el puño del brazo izquierdo se lanza en un golpe hacia adelante como si le pegara a un blanco invisible. Se trazan tres círculos más con cada mano y el puño del brazo derecho asesta un golpe en el mismo blanco.

6. Lanzar el punto de encaje por encima del hombro como si fuera un cuchillo.

El propósito de este pase mágico es lanzar el punto de encaje para desplazado de su posición habitual. El practicante coge el punto de encaje como si éste fuera un cuchillo. La mano izquierda se mueve hacia atrás, toma el punto de encaje y lo lanza hacia adelante como si lanzara un cuchillo. A continuación la mano derecha ejecuta el mismo movimiento. Los chamanes aseguran que el intento de lanzar el punto de encaje causa un efecto profundo en el verdadero desplazamiento del punto de encaje. Las rodillas se mantienen ligeramente flexionadas para proporcionar estabilidad durante el lanzamiento. Este pase se ejecuta tantas veces como el practicante lo desee.

7. Lanzar el punto de encaje desde atrás de la cintura como si fuera un cuchillo.

Las rodillas se mantienen dobladas al mismo tiempo que el cuerpo se dobla hacia adelante. La mano izquierda coge entonces el punto de encaje y lo lanza hacia adelante con un vigoroso movimiento rápido y cortante de la muñeca, al mismo tiempo que la palma del brazo derecho da un golpe hacia atrás del cuerpo y se tensa, con los dedos apuntando hacia la parte media del cuerpo. Se ejecuta el mismo movimiento con la mano derecha. Este pase se ejecuta tantas veces como el practicante lo desee.

8. Lanzar el punto de encaje desde el hombro como si fuera un disco.

Este pase se inicia con una rotación lenta del cuerpo. El brazo derecho se mueve hacia el lado izquierdo de la pierna izquierda, luego el brazo izquierdo se mueve hacia el lado derecho de la pierna derecha, y luego el brazo derecho se vuelve a mover hacia el lado izquierdo de la pierna izquierda. La mano izquierda se mueve entonces para atrás y toma el punto de encaje, lo lleva al hombro derecho y lo lanza hacia adelante como si fuera un disco.

Las rodillas se mantienen ligeramente flexionadas ejerciendo una gran presión en la parte trasera de los muslos. El brazo derecho da un golpe hacia atrás del cuerpo, con la palma de la mano extendida y los dedos apuntando hacia la parte media del cuerpo, para estabilizar así el lanzamiento del disco. Se mantiene esta posición mientras se cuenta hasta veinte.

Se repite el mismo movimiento con el otro brazo.

9. Lanzar el punto de encaje por encima de la cabeza como si fuera una pelota.

La mano izquierda se mueve rápidamente Y coge el punto de encaje, entonces hace un círculo grande por encima de la cabeza y, con la palma de la mano casi extendida y los dedos ligeramente doblados, lanza el punto de encaje hacia adelante a un lugar arriba de la cabeza.

Este movimiento se repite con la mano derecha. Las rodillas se mantienen flexionadas durante este pase.

Pases mágicos que ayudan a alcanzar el silencio interno

Don Juan describió el silencio interno como una condición de la percepción humana en la que la cognición funciona sin su, aparentemente, perenne compañero: el diálogo interno. Don Juan y todos los chamanes de su linaje consideraban el silencio interno como la cualidad esencial de la percepción evolucionada.

1. Trazar dos medios círculos con cada pie.

El peso completo del cuerpo se pone en la pierna derecha al mismo tiempo que el pie izquierdo traza dos semicírculos, comenzando en un punto localizado a medio paso en frente del cuerpo. El pie izquierdo se mueve lateralmente describiendo un semicírculo que termina a la altura del talón del pie derecho, luego traza otro semicírculo que termina en un punto localizado a medio paso atrás del cuerpo.

Se ejecuta el mismo movimiento con el pie derecho después de transferir el peso completo del cuerpo a la pierna izquierda. La rodilla de la pierna que soporta el peso está flexionada para proporcionar fuerza y estabilidad. El practicante respira normalmente.

2. Trazar una media luna con cada pie.

Este pase mágico se inicia con la pierna izquierda trazando un semicírculo alrededor del cuerpo de adelante para atrás mientras la pierna derecha soporta el peso completo del cuerpo con la rodilla ligeramente doblada.

El mismo movimiento se ejecuta con la pierna derecha. El I practicante respira normalmente.

3. El espantapájaros en el viento con los brazos hacia abajo.

Los brazos se mantienen extendidos lateralmente al nivel de los hombros con los codos doblados y los antebrazos colgando hacia abajo. Los antebrazos se balancean libremente de un lado a otro, como si el viento los moviera, mientras se cuenta hasta veinte. Los antebrazos y las muñecas se mantienen estirados y verticales, y los codos se mantienen al nivel de los hombros. Las rodillas están totalmente estiradas.

4. El espantapájaros en el viento con los brazos hacia arriba.

Al igual que en el movimiento anterior, los brazos se extienden lateralmente al nivel de los hombros con los codos doblados, pero esta vez los antebrazos se voltean hacia arriba. Los antebrazos y las muñecas se mantienen estirados y verticales. A continuación se balancean libremente hacia arriba y hacia abajo, manteniendo los codos al nivel de los hombros, mientras se cuenta hasta veinte. Las rodillas se mantienen totalmente estiradas.

5. Empujar la energía hacia atrás con todo el brazo.

En este movimiento se flexionan ambos brazos con los puños bien cerrados y las muñecas ligeramente dobladas, pegadas a los lados del cuerpo al nivel de las axilas; ambos brazos se extienden entonces completamente hacia atrás, tan alto como sea posible, con las manos aún cerradas en un puño. Las rodillas están totalmente estiradas y el tronco se dobla ligeramente hacia adelante al mismo tiempo que se exhala el aire. A continuación los brazos se llevan nuevamente hacia adelante, a la posición inicial, doblando los codos pero manteniendo los antebrazos pegados al cuerpo, tan alto como sea posible. Este movimiento se repite veinte veces y después se invierte la respiración. En lugar de exhalar al mover los brazos hacia atrás, se inhala. Se exhala al doblar los codos mientras que el antebrazo se mantiene pegado al cuerpo contra la axila.

6. Rotar el antebrazo.


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