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— He encontrado a Ivan, seсor. — Miles sonriу a la comuconsola. El fondo que habнa detrбs de la cabeza del embajador Vorob'yev estaba borroso, pero los sonidos de la comida, voces bajas, tintineos de platos y cubiertos, llegaban con mucha claridad-. Estб visitando el Criadero Estrella. Nos quedaremos un rato… no podemos insultar a la anfitriona… ya me entiende. Pero seguramente voy a poder rescatarlo y volver con ustedes antes de que termine la ceremonia. Tenemos un guнa ba.

La cara de Vorob'yev tenнa una expresiуn que hubiera podido definirse de cualquier manera menos con la palabra «felicidad».

— Bueno. Supongo que no queda mбs remedio que aceptarlo. Pero al coronel Vorreedi no le gustan mucho estas transgresiones de la agenda, aunque tengan valor como contactos culturales, y debo decir que empiezo a compartir su opiniуn. No… No deje usted que lord Vorpatril haga nada… inapropiado, eh? Las haut no son ghem. Eso usted ya lo sabe.

— Sн, seсor. Ivan estб bien. Se estб portando mejor que nunca. — Ivan estaba frнo y quieto, en el compartimiento de embarque, pero el color le volvнa lentamente a la cara gracias a la sinergina.

— Y cуmo ha conseguido obtener ese extraordinario privilegio? — preguntу Vorob'yev.

— Ah, bueno, ya conoce usted a Ivan. No podнa dejarme dar un golpe sin probar йl tambiйn. Mбs tarde se lo explicarй todo. Ahora tengo que irme.

— Estarй esperando con impaciencia. Seguro que es fascinante — murmurу el embajador en tono seco. Miles cortу la comunicaciуn antes de que la sonrisa se desvaneciera.

— Fiuuu. Eso nos da algo de tiempo, pero muy poco. Tenemos que actuar enseguida.

— Sн — dijo la haut que lo escoltaba, la consorte morena de Rho Ceta. Hizo girar la silla y lo guiу fuera de la oficina con la comuconsola; йl tuvo que trotar para seguirla.

Volvieron al compartimiento de carga justo cuando Rian y la haut Pel terminaban de codificar la silla flotante de la haut Nadina. Miles dirigiу una mirada ansiosa a su primo, tendido sobre el suelo labrado. La respiraciуn de Ivan parecнa profunda y normal.

— Estoy listo — informу a Rian-. Mi gente tardarб por lo menos una hora en venir a buscarme. Si Ivan se despierta… bueno… no creo que usted tenga problemas en controlarlo. — Se humedeciу los labios-: Si las cosas salen mal… vaya a ver al ghemcoronel Benin. O a su emperador. No busque a nadie de rango intermedio en Seguridad. Lo que estб pasando, sobre todo el hecho de que el gobernador Kety haya podido meter mano en sistemas que todos creнamos inexpugnables, indica claramente que tiene una buena relaciуn en las altas esferas, probablemente muy arriba, en Seguridad, seсora, y esa relaciуn le ayuda y le apoya. Sospecho que si la rescata esa persona, sea quien fuere, la experiencia puede ser fatal.

— Entiendo — dijo la haut Rian con seriedad-. Y estoy de acuerdo con su anбlisis, lord Vorkosigan. Ba Lura no habrнa llevado la Gran Llave a Kety para que йl la duplicara si no hubiera estado convencido de que era capaz de hacerlo. — Se enderezу sobre el brazo de la silla y dirigiу un gesto a la haut Pel.

Ella se habнa llenado las mangas con los pequeсos objetos de la haut Vio. Se arreglу las tъnicas blancas y se sentу con gracia. Lamentablemente los objetos no incluнan armas de energнa y llevarlas hubiera alertado los sistemas de rastreo de Seguridad, sobre todo porque eran demasiado voluminosas. Ni siquiera un bloqueador, pensу Miles. Realmente lo lamentaba. Me voy a una batalla orbital con mi uniforme de gala y botas de montar, totalmente desarmado. Perfecto… Se acomodу otra vez a la izquierda de la haut Pel, sobre el apoyabrazos, y tratу de no sentirse como un muсeco de ventrнlocuo: lo que mбs se adecuaba a su aspecto. La pantalla de fuerza de la burbuja los envolviу; Rian retrocediу un paso y los saludу con la mano. Pel, con la mano derecha sobre el panel de control, hizo girar la burbuja y flotaron con rapidez hacia la salida, que se dilatу para franquearles el paso; otras dos consortes salieron al mismo tiempo y se alejaron en otras direcciones.

A Miles le dolнa el corazуn, cuando pensaba en lo que hubiera sentido con Rian como camarada de armas. El corazуn, pero no la cabeza. Era esencial que Rian… la testigo mбs creнble de la traiciуn de Kety, no cayera en manos de Kety. Ademбs le gustaba el estilo de Pel. Ya habнa demostrado su capacidad para pensar con claridad y rapidez en una emergencia. Todavнa no estaba seguro de que la caнda desde el edificio hubiera sido realmente necesaria, le parecнa un gesto de mera diversiуn. Una hautmujer con sentido del humor, o casi… Por desgracia tenнa ochenta aсos, era una consorte, era cetagandana y… Quieres acabar con eso, por favor? No eres Ivan y nunca lo serбs. Bueno, en todo caso, йste es el ъltimo dнa para la traiciуn del hautgobernador Isum Kety…

Se unieron al grupo de Kety, casi listo para partir en la puerta sur del Jardнn Celestial. La haut Vio habнa secuestrado a Ivan lo mбs tarde posible, por razones de seguridad. Como correspondнa a su dignidad de gobernador, el sйquito de Kety era numeroso: mбs de veinte ghemguardias, ghemladies, lacayos que no eran ba y, para horror de Miles, el ghemgeneral Chillan. Estarнa al corriente de la traiciуn de su amo, o pensaban matarlo con la haut Nadina en el camino de vuelta y reemplazarlo por algъn otro, designado por Kety? Tenнa que ser una cosa o la otra; el comandante de las tropas imperiales de Sigma Ceta no podнa mantenerse neutral en el golpe de Estado.

Kety hizo un gesto a la burbuja de la haut Vio y la haut Pel entrу en el vehнculo personal del gobernador, que los llevarнa al puerto de transbordadores, lugar de aterrizaje exclusivo de los altos funcionarios del imperio. El ghemeneral Chilian subiу a otro auto; Miles y la haut Pel se encontraron solos con Kety en el espacio limitado de esa especie de camioneta cerrada, diseсada sin duda para las burbujas de las hautladies.

— Llegas tarde. Has tenido problemas? — preguntу Kety, sin aclarar las cosas mientras se acomodaba en el asiento. Parecнa preocupado y tenso, como correspondнa a un deudo de la emperatriz muerta… o a un hombre montado sobre un tigre furioso y muy hambriento.

Sн, sн… deberнa haberme dado cuenta de que era lord X apenas vi ese cabello teсido… decidiу Miles. Un hautlord que no estaba dispuesto a esperar para conseguir lo que podнa ofrecerle la vida.

— Nada importante. Todo arreglado — Informу Pel. El filtro de voz, al mбximo de la interferencia posible, alteraba los tonos y los convertнa en una imitaciуn no del todo correcta de los timbres de la haut Vio.

— Por supuesto, querida. No bajes el campo de fuerza hasta que estemos a bordo.

— Sн.

S… el ghemgeneral Chilian tiene una cita con un sello de aire no muy amistoso en el camino a casa… ahora lo sй. Pobre tonto, pensу Miles. Tal vez la haut Vio querнa volver a su hautgenoma. Era la amante de Kety o su ama? O tal vez funcionaban en equipo? El hecho de que hubiera dos cerebros detrбs del plan ayudarнa mucho a explicar la rapidez, flexibilidad y confusiуn de los hechos.

La haut Pel tocу un control y se volviу hacia Miles.

— Cuando lleguemos a bordo, debemos decidir si buscamos primero a Nadina o la Gran Llave.

Miles casi se ahogу del espanto.

— Em… — Hizo un gesto hacia Kety, sentado a menos de medio metro de sus rodillas.

— No nos oye — le asegurу Pel.

Parecнa cierto, porque Kety dirigiу una mirada distraнda hacia el paisaje que se veнa a travйs del techo descubierto del auto de superficie.

— La recuperaciуn de la Llave — siguiу diciendo Pel— sigue siendo nuestro primer objetivo.

— Mm… Pero si la haut Nadina estб viva, es un testigo importante desde el punto de vista de Barrayar. Y… tal vez sabrб dуnde estб la Llave. Yo supongo que estб en un laboratorio. Tienen que estar tratando de descifrarla, estoy seguro, pero la nave es muy grande y hay mucho espacio para montar un laboratorio de decodificaciуn.

— Tanto la Llave como Nadina tienen que estar cerca de las habitaciones de Kety — dijo Pel.

— No la habrб metido en un calabozo?

— Dudo que Kety quiera que muchos de sus soldados y servidores sepan que su consorte estб presa. No. Seguramente la tiene en un camarote.

Me pregunto dуnde tiene pensado poner en escena el crimen en que planea involucrar a Ivan. Las consortes se mueven dentro de lнmites muy estrechos. No puede hacerlo en su nave ni en su residencia. Y seguramente no se atreverб a repetir un asesinato dentro del jardнn Celestial… eso serнa demasiado. Supongo que ha tramado algo distinto… para esta misma noche.

El gobernador Kety levantу la vista y mirу la burbuja.

— Ya se estб despertando? — preguntу.

Pel se tocу los labios con la mano y luego apretу los controles.

— Todavнa no.

— Quiero interrogarlo primero. Tengo que averiguar cuбnto saben…

— Hay tiempo…

— No tanto…

Pel cerrу el sonido exterior otra vez.

— La haut Nadina primero — votу Miles con firmeza.

— Creo… creo que tiene usted razуn, lord Vorkosigan — suspirу Pel.

No mantuvieron mбs conversaciones peligrosas con Kety porque la confusiуn del embarque del grupo que iba a entrar en уrbita absorbiу por completo a Kety. El gobernador se comunicaba constantemente con el comu. No volvieron a estar a solas con el gobernador hasta que la multitud entrу en el corredor del transbordador, pasу a la nave oficial de Kety y se alejу hacia sus muchas obligaciones y placeres. El ghemgeneral Chilian ni siquiera intentу hablar con su esposa. Pel siguiу a Kety, que le habнa hecho un gesto claro despuйs de despedir a sus guardias. Miles supuso que ahн empezaba la diversiуn. Limitar el nъmero de testigos tambiйn reduce la cantidad de asesinatos necesarios para mantener el secreto si las cosas salen mal.

Kety los llevу a un corredor ancho, lujoso, evidentemente destinado a las habitaciones de clase alta. Miles tocу a la haut Pel en el hombro:

— Mire. En el pasillo. Ve?

Habнa un lacayo frente a la puerta de un camarote. Cuando pasу el dueсo de la nave, se puso firme, pero Kety entrу en otro camarote. El guardia se relajу.

Pel doblу el cuello.

— Puede ser la haut Nadina?

— Sн. Bueno… Tal vez. No creo que se atreviera a poner un verdadero soldado. No si no estб al mando de las estructuras de comando. — Miles pensу que habнa sido una tonterнa no notar el cisma entre Kety y su ghemgeneral. Йsa habнa sido una gran oportunidad perdida…

La puerta se cerrу detrбs del grupo y Miles se volviу para examinar aquel lugar. La habitaciуn estaba limpia y no tenнa decoraciones ni efectos personales: un camarote sin uso.


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