— Podemos ponerlo aquн — dijo Kety, seсalando un jergуn en un rincуn del cuarto-. Puedes mantenerlo bajo control quнmico, o necesitamos guardias?

— Bastarб con algunas sustancias quнmicas — contestу Pel-, pero necesito algunas cosas. Sinergina. Pentarrбpida. Y serб mejor que lo sometamos a algunas pruebas por si tiene alergia inducida a la penta. Se la producen a mucha gente importante, ya lo sabes… No creo que tъ quieras que Vorpatril muera en este lugar.

— Clarium?

Pel mirу a Miles con los ojos llenos de preguntas. No conocнa la palabra. El clarium era un tranquilizante de interrogatorio muy comъn entre los militares. Miles asintiу.

— Buena idea — se arriesgу ella.

— No hay posibilidad de que despierte antes de que yo vuelva? — preguntу Kety, preocupado.

— Lamento decir que se me fue un poco la mano con la droga…

— Mmm. Por favor, ten cuidado, mi amor. No tiene que haber demasiados residuos quнmicos en la autopsia. Aunque con suerte, no creo que tengan material para una autopsia.

— No me gusta tentar demasiado a la suerte.

— Bien dicho — dijo Kety, con una exasperaciуn especial-. Por fin estбs aprendiendo.

— Te espero — dijo Pel con frialdad, como para que se fuera. Probablemente la haut Vio habrнa dicho lo mismo.

— Dйjame que te ayude a acostarlo — dijo Kety-. Seguramente estбs muy incуmoda ahн dentro.

— No, no. Lo estoy usando de apoyapiйs. La silla flotante es… tan cуmoda. Me gustarнa… bueno, disfrutar del privilegio de una haut un poquito mбs, mi amor — suspirу Pel-. Hace tanto que…

Los labios de Kety se afinaron en una sonrisa divertida.

— Muy pronto tendrбs mбs privilegios que la emperatriz, y todos los extranjeros que quieras a tus pies. — Hizo un gesto hacia la burbuja y saliу a toda prisa. Adуnde irнa un gobernador con una lista de drogas para interrogatorio? A la enfermerнa? A Seguridad? Y cuбnto tiempo tardarнa?

— Ahora — dijo Miles-. Por el corredor. Tenemos que librarnos del guardia… Ha traнdo usted la sustancia que le dio la haut Vio a Ivan?

Pel sacу el bulbo de la manga y lo levantу.

— Cuбntas dosis quedan?

Pel afinу la vista.

— Dos. Vio preparу de mбs. — Habнa un tono de desaprobaciуn en su voz, como si Vio hubiera perdido puntos con esa redundancia.

— Yo me hubiera llevado cien, por si acaso. De acuerdo. ъsela… no toda, si no es necesario.

Pel sacу la burbuja del camarote y doblу por el corredor. Miles se deslizу detrбs de la silla y se aferrу al respaldo. Las botas le resbalaban un poco sobre la base que sostenнa la fuente de energнa de la silla. Escondido detrбs de las faldas de una mujer? Ese medio de transporte — y cualquier otra cosa que significara estar bajo el control de un cetagandano o cetagandana— era frustrante, pero la misiуn de rescate era su principal objetivo. Para el hambre no hay pan duro. Pel se detuvo frente al guardia de librea.

— Servidor — le dijo.

— Haut. — El hombre hizo una reverencia frente a la burbuja blanca-. Estoy de guardia y no puedo ayudarla.

— No necesito mucho tiempo. — Pel bajу la pantalla de fuerza. Miles oyу un siseo y un ruido de toses. La silla se sacudiу y йl se deslizу hacia el suelo. Cuando se levantу, descubriу a Pel con el guardia caнdo sobre la falda en una posiciуn incуmoda y extraсa.

— Mierda — — dijo Miles, con pena-, deberнamos haberle hecho esto a Kety en el primer camarote… Bueno, veamos quй hacemos con esta almohadilla de palma.

Una almohadilla estбndar. Quй palmas la abrirнan? Muy pocas, seguramente: Kety, tal vez Vio, y el guardia, para casos de emergencia.

— Levбntelo un poco — dijo Miles y apretу la palma del hombre inconsciente contra el lector. — Ah — suspirу, aliviado. La puerta se deslizу sin alarmas ni protestas. Miles le quitу el bloqueador al guardia y entrу de puntillas con la haut Pel detrбs.

— Ay — gimiу Pel, furiosa. Habнan encontrado a la haut Nadina.

La anciana estaba sentada en un jergуn similar al del otro camarote, cubierta sуlo con la malla blanca. Los efectos de un siglo de gravedad eran suficientes para daсar incluso ese cuerpo haut: sacarle las tъnicas exteriores, voluminosas y llamativas, era una indignidad deliberada que hubiera podido superarse sуlo con la desnudez absoluta. Le habнan sujetado el cabello al suelo a un metro de la punta con un aparato que no habнa sido diseсado para ese propуsito. No era una posiciуn cruel, fнsicamente hablando — el largo del cabello le dejaba dos metros para moverse alrededor-, pero habнa algo terriblemente ofensivo en el asunto. Idea de la haut Vio, tal vez? Miles pensу que ahora entendнa la reacciуn de Ivan frente al бrbol de gatitos. Estaba mal hacerle eso a la anciana seсora (aunque fuera una anciana seсora de una raza tan aborrecible como la de los haut). Y para colmo, Nadina le recordaba a su abuela betanesa… bueno, no exactamente, Pel era la que se parecнa mбs a su abuela Naismith en carбcter pero…

Pel arrojу al guardia al suelo y corriу hacia su hermana consorte.

— Nadina, te han hecho daсo?

— ЎPel! — Cualquiera hubiera caнdo en brazos de la salvadora pero como Pel y Nadina eran haut, se limitaron a un apretуn de manos, aunque fue un apretуn muy afectuoso.

— ЎAh! — — dijo Pel, furiosa por la situaciуn de Nadina. Se quitу algunas tъnicas, seis mбs o menos, y se las entregу a Nadina, que se las puso con gracia y se irguiу con mбs decisiуn. Miles completу la revisiуn del lugar para asegurarse de que estaban solos y se volviу hacia las mujeres que estaban de pie, mirando las puntas del cabello. Pel se arrodillу y tirу de algunos mechones, pero no pudo desprenderlos.

— Ya lo he intentado — suspirу Nadina-. No salen ni de uno en uno.

— Dуnde estб la llave de eso?

— La tenнa Vio.

Pel vaciу los bolsillos de su arsenal misterioso, pero Nadina meneу la cabeza.

— Mejor lo cortamos — dijo Miles-. Tenemos que irnos de aquн cuanto antes.

Las dos mujeres lo miraron, horrorizadas.

— ЎLas hautmujeres nunca se cortan el pelo! — exclamу Nadina.

— Mmm, discъlpenme, milady, pero esto es una emergencia. Si nos vamos ahora mismo a los compartimientos de emergencia de la nave, puedo llevarlas a terreno seguro antes de que Kety se dй cuenta. Tal vez incluso logremos salir de aquн sin hacer ruido. Cada segundo de retraso representa un grave peligro con este margen limitado de tiempo.

— ЎNo! — dijo Pel-. Antes necesitamos la Gran Llave.

Miles sabнa que no le serнa posible mandar a las dos mujeres de vuelta hacia el planeta y quedarse a buscar la Llave: йl era el ъnico piloto orbital calificado del trнo. Iban a tener que seguir los tres juntos, Mierda. Manejar a una hautlady ya constituнa un problema, pero tratar con dos iba a ser peor que intentar conducir un rebaсo de gatos.

— Haut Nadina, sabe usted dуnde estб la Llave?

— Sн. Йl me llevу a verla anoche. Se le ocurriу que a lo mejor yo sabнa cуmo abrirla. Se trastornу mucho cuando vio que no era posible.

Miles levantу la vista; el tono de la anciana le habнa llamado la atenciуn. Por lo menos, no habнa seсales de violencia en sus hermosos rasgos. Pero los movimientos de Nadina eran tensos y rнgidos. Artritis por la edad, o trauma por el uso de algъn objeto contundente? Volviу al cuerpo del guardia inconsciente y lo registrу buscando ъtiles, tarjetas de cуdigo, armas… ah, un vibracuchillo plegable. Lo escondiу en la ropa y retrocediу hacia las damas.

— Yo sй de animales que se arrancan una pierna para escapar de una trampa — explicу tentativamente.

— ЎAj! — dijo Pel-. Barrayareses…

— Usted no lo entiende — dijo Nadina, ansiosa.

Por desgracia, Miles lo entendнa muy bien. Las dos mujeres iban a quedarse ahн de pie discutiendo sobre el pelo atrapado de Nadina hasta que Kety las atrapara a ellas…

— ЎMiren! — dijo de pronto y seсalу la puerta.

Pel se puso de pie de un salto y Nadina gritу:

— Quй pasa?

Miles sacу el vibracuchillo, tomу la melena plateada y la cortу lo mбs cerca del suelo que pudo.

— Ya estб. Vбmonos.

— ЎBбrbaro! — exclamу Nadina. Pero no se estaba poniendo histйrica; expresу su protesta indignada con bastante tranquilidad, dadas las circunstancias.

— Un sacrificio por los haut — le jurу Miles.

Habнa una lбgrima en los ojos de ella; Pel… Pel parecнa secretamente agradecida de que Miles se hubiera encargado del asunto. Subieron otra vez a la silla flotante. Nadina se acomodу sobre el regazo de Pel y Miles se colocу detrбs, como siempre. Pel saliу de la cбmara y volviу a conectar la pantalla de fuerza. Las sillas flotantes eran silenciosas, pero el motor de йsta protestaba por la carga. Avanzaba a trompicones.

— Por ahн. Dobla aquн — les indicу la haut Nadina.

A medio camino en el pasillo pasaron junto a un criado, que se apartу con una reverencia y no los volviу a mirar.

Kety usу pentarrбpida con usted? — preguntу Miles a Nadina-. Cuбnto sabe de las sospechas del Criadero Estrella?

La Pentarrбpida no funciona en las hautmujeres — le informу Pel por encima del hombro.

— Ah. no? Y en los hauthombres?

— No muy bien — dijo Pel.

— De todos modos…

— Aquн. — Nadina seсalу un tubo elevador. Descendieron una cubierta y siguieron por otro pasillo mбs estrecho. Nadina tocу el cabello plateado que tenнa sobre la falda, mirу las puntas cortadas con el ceсo fruncido, despuйs lo soltу con un sonido despectivo, desdichado y concluyente-. ЎQuй desagradable es todo esto! Espero que estйs disfrutando la oportunidad de divertirte, Pel. Y espero que la oportunidad sea muy breve.

Pel hizo un ruido y no quiso comprometerse con una respuesta.

Miles no entendнa muy bien por quй, pero йsa no era la misiуn heroica que habнa previsto — Una misiуn secreta, en la nave de Kety, con dos hautladies mayores y decorosas-. A decir verdad, se podнa sospechar de la alianza de Pel con la correcciуn y la decencia, pero Nadina parecнa intentar compensarla. Miles tenнa que admitir que la idea de la burbuja era mucho mejor que la de disfrazar sus peculiaridades fнsicas como ba, especialmente porque esas criaturas extraсas tenнan siempre un aspecto muy saludable. Habнa bastantes hautmujeres en esa nave y una burbuja en un pasillo no llamaba la atenciуn de nadie.

No es eso. Es que hasta ahora hemos tenido suerte.

Llegaron a una puerta sin indicaciones.

— Aquн es — anunciу Nadina.


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