CARTA 17

¡Y sí! Suena egocéntrico. Lo es. ¡Lo es!

Es que, ¿en qué mundo vivimos?

¿Vivimos acaso en un mundo constituido por las cosas de afuera? ¿Un mundo hecho de aquello que perciben mis sentidos allá en el exterior?

Aparentemente es así. Sin embargo… si yo muriera hoy, ¿que pasaría con esas cosas de afuera, estas cosas del mundo?

Es evidente que no seguirían siendo "las mismas cosas": mis zapatos ya no serían mis zapatos, mi cuerpo no seguiría siendo mi cuerpo, estas cartas cambiarían de significado, mis hijos serían diferentes… En resumen: mi mundo desaparecería si yo desapareciera.

¡Atención!: No EL mundo, MI mundo.

Vuelvo pues a mi pregunta: ¿vivimos en el mundo de las cosas de afuera o vivimos en el limitado y grandioso mundo de mis cosas, MI MUNDO?

¿Cómo no sentirme el centro de este universo en el que vivo, si toda su existencia depende de la mía? ¿Cómo sentir diferente si todas las líneas pasan por mi centro? ¿Cómo podría ser de otra manera, si todos los hechos me incluyen de alguna manera?

No será bueno que te confundieras, esto no significa creerse el centro de EL mundo. Sería terrible para ambos que Cuando nos encontremos, yo pretendiera ser el centro de tu mundo o peor aún, te cediera el lugar de ser el centro del mío… ¡AH, NO!

Cuando vos y yo nos encontremos Seremos dos mundos que se encuentran Seremos dos universos en contacto.

Vos, un universo con centro en vos Y yo, un universo con centro en mí ¡Será maravilloso!

Cuando vos y yo nos encontremos…


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