No obstante, cuando algunos de los pacientes más positivos regresaron a sus hogares, se produjo un cambio en sus actitudes, "y vimos que su enfermedad se modificó en forma correspondiente". Era claro que sus actitudes, más que la gravedad de su enfermedad, jugaron el papel predominante.

El editor de la revista Journal citó las siguientes palabras del doctor Elmer Green, de la Fundación Menninger: "Cari y Stephanie Simonton están… obteniendo resultados notables en el control del cáncer por medio de un acoplamiento entre la visualización para regulación fisiológica y la radiología tradicional".

En el discurso que pronunció en Boston, el doctor Simonton citó las palabras del presidente de la American Cáncer Society, Eugene Pendergrass, quien dijo en 1959: "Existen algunas pruebas de que el progreso de la enfermedad en general se ve afectado por la angustia emocional. Tengo la sincera esperanza de que podamos ampliar nuestra búsqueda para que incluya la posibilidad bien definida de que dentro de nuestra mente exista un poder capaz de ejercer fuerzas que puedan acelerar o inhibir el progreso de esta enfermedad".

En la actualidad el doctor Simonton es director médico del Cáncer Couseling and Research Center ubicado en Fort Worth, en donde él y su coterapeuta, Stephanie Mathews-Simonton, entrenan a sus pacientes para que participen mentalmente en su propio tratamiento.

"Verán, yo empecé con la idea de que la actitud de un paciente jugaba un papel en su reacción ante cualquier forma de tratamiento y podía influir en el curso de su enfermedad. Al explorar esto, descubrí que los conceptos de Control Mental (retroalimentación y meditación) me proporcionaban un instrumento que podía usar para enseñar al paciente la manera de iniciar la interacción y participar en su propio proceso de curación. Yo diría que este es el instrumento que por sí solo es lo más poderoso que poseo para ofrecerlo al paciente como ayuda emocional".

Uno de los primeros pasos que el doctor Simonton sigue en el entrenamiento de sus pacientes consiste en desterrar el temor. Una vez que se inicia esta preparación, "caemos en la cuenta de que el cáncer es un proceso normal que tiene lugar en todos nosotros, que tenemos células cancerosas que continuamente están dando origen a una degeneración maligna. El cuerpo las reconoce y las destruye al igual que a cualquier proteína extraña… No se trata sencillamente de deshacerse de todas las células cancerosas, ya que desarrollamos este tipo de células todo el tiempo. Se trata de hacer que el cuerpo vuelva a triunfar y se haga cargo de sus propios procesos".

La doctora Simonton dijo en su discurso:

La mayor parte de la gente visualiza el cáncer como una cosa muy desagradable, maligna, traicionera, que puede entrar a hurtadillas, que tiene un enorme poder y que una vez que empieza, no hay nada que el cuerpo pueda hacer. En realidad la célula cancerosa es una célula normal que se ha vuelto loca… Es una célula sumamente torpe: se reproduce con tal rapidez que en muchas ocasiones consume su propia provisión de sangre y se muere de hambre. Es débil. Si se le corta, se le aplica radiación, o se le trata por medio de la quimioterapia, y llega a enfermarse, ya no puede recuperar su salud. Muere.

Ahora compárela con una célula saludable. Sabemos que en el tejido sano usted se puede cortar un dedo, y si no hace nada más que vendárselo, el dedo sanará por sí mismo. Sabemos que los tejidos sanos se reparan por sí mismos… no devoran su propio abastecimiento de sangre. A pesar de ello, observe la imagen mental que tenemos de esas cosas. Es evidente el poder que le atribuimos a la enfermedad por medio de nuestros temores y las imágenes mentales que empleamos en nuestros temores.

En relación con las técnicas de relajamiento y visualización que ellos usan junto con la terapia de radiación, la señora Simonton dijo:

Es probable que el instrumento más valioso que poseemos sea la técnica de las imágenes mentales.

Existan tres cosas fundamentales que pedimos a nuestros pacientes que lleven al cabo. Les pedimos que visualicen su enfermedad, que visualicen su tratamiento y que visualicen el mecanismo de inmunidad de su cuerpo.

En nuestras sesiones de grupo hablamos acerca de imaginar aquello que queremos que suceda, antes de creer que va a suceder. Parece que es importante imaginarlo de esta manera.

Una de las cosas esenciales sobre las que hablamos es la meditación. ¿Con qué frecuencia están meditando? ¿Qué hacen a lo largo de su sesión de meditación?

11. UN EJERCICIO ÍNTIMO PARA ENAMORADOS

En el discurso que pronunció ante el grupo de Control Mental, la señora Simonton habló de las incontables tensiones de la vida que, si no se enfrentan en la forma adecuada, pueden conducir a una enfermedad.

– Es muy poco común que nuestros pacientes tengan un buen matrimonio -dijo-. Cuando existe un buen matrimonio en el caso de un paciente de cáncer, este es uno de los instrumentos más maravillosos con los que contamos para trabajar, una de las razones más importantes para que ellos quieran seguir viviendo.

¿Qué es lo que constituye un buen matrimonio? No tengo todas las respuestas. Mi propio matrimonio con Paula es un matrimonio extraordinariamente bueno… ha sido pleno e interesante a lo largo de treinta y seis años, pero no comprendo a ciencia cierta la razón. Quizá el hecho de no comprenderlo, sea en parte la razón por la que es bueno. Digo esto con objeto de que se entienda que no tengo experiencia directa en asuntos de matrimonios infelices, y en consecuencia no soy un experto que sepa cómo rescatar uno (o si se debe o no rescatarlo) cuando se encuentra en serias dificultades.

No obstante, sí conozco algunos medios para enriquecer y mejorar un matrimonio cuando tanto el esposo como la esposa desean que esto suceda.

Podría ser que usted esperara que yo hablara primero de sexo, ya que un gran número de personas tiene la creencia de que esto constituye la base de un buen matrimonio. Yo veo esto más bien como el resultado de un buen matrimonio y hablaré más tarde sobre ello.

Creo que el fundamento óptimo para un matrimonio es la intimidad: pero no una intimidad que invada lo estrictamente personal, sino la clase de intimidad que surge de una comprensión y una aceptación profundas.

Estoy a punto de sugerir algo un tanto extraño, pero es preciso que primero proporcione algunos antecedentes. Hemos hablado acerca del ambiente de jubilosa armonía que se percibe hacia el final del curso de Control Mental. También ocurre otra cosa. Es más sutil pero se siente intensamente. Los alumnos, que están a punto de graduarse, sienten que están en contacto íntimo, casi afectuoso, unos con otros. Llegaron como extraños cuyos senderos jamás se habrían cruzado en otras circunstancias, y pronto se separarán para vivir sus destinos individuales. Sin embargo, esta sensación de relación entre unos y otros volverá a despertar con facilidad en caso de que se vuelvan a encontrar.

Se ha difundido la creencia de que este es el resultado de haber atravesado juntos por una experiencia intensa, que solamente se produce una vez en la vida. Los soldados con frecuencia sienten lo mismo después de que han compartido intensas experiencias en la guerra. También lo sentiría cualquier grupo de extraños que se encontrara atrapado durante una tarde en

un elevador.

Esta es tan solo una parte de la explicación, y ni siquiera es la parte más importante. Es la parte que con mayor frecuencia se aduce por ser la más obvia.

Pero también sucede otra cosa que trataré de explicar. Durante la meditación intensa y prolongada se establecen contactos; las mentes son sensiblemente receptivas y reciben el suave contacto de otras mentes por medios que en otras circunstancias solo se producen entre aquellos que han pasado juntos toda una vida. La mayor parte de las familiaridades fugaces son superficiales y falsas, y nos dejan una sensación un tanto desagradable. Su duración es muy breve. Esto no sucede con esta experiencia, pues tiene lugar a un nivel psíquico perdurable.


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