– Noticias de otra agencia -dijo, enganchando el teléfono al cinturón-. Charles Hanover, presidente de TransSouth Air.

Aunque nunca había volado en ella, había oído hablar de esa línea aérea, una pequeña compañía de transporte regional que conectaba una docena de ciudades en ambas Carolinas, Georgia y Tennessee con Washington, D. C.

– ¿Es uno de sus aviones?

– El vuelo 228 salió con retraso de Atlanta con destino a Washington, D. C, tuvo que esperar en la pista unos cuarenta minutos, despegó a las doce cuarenta y cinco de la noche. El avión volaba a unos dos mil metros de altura cuando desapareció de la pantalla del radar a la 1.07. Mi oficina recibió la llamada del 911 a las dos.

– ¿Cuántas personas iban a bordo?

– El avión era un Fokker-100, transportaba ochenta y dos pasajeros y una tripulación de seis miembros. Pero eso no es lo peor.

Sus siguientes palabras vaticinaban el horror de los próximos días.



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