—Y eso deja de lado a las «palomas».
—Ah, sí. Cuando salió frente a esas cámaras cara a cara con Khalid, fue muy peligroso. Se las arregló, pero hubo un factor negativo en el asunto. Lo discutí con Denys. Ari insistió en hacer público el asunto de Gehenna de nuevo, y eso, estoy seguro, inflamó a los «halcones» y asustó muchísimo a unas cuantas «palomas», lo suficiente para hacer que los pacifistas estallaran. Tal vez atrajo a los pocos partidarios de la paz que no la temen más a ella que a Khalid y tal vez hizo que él perdiera algunos votos, pero no nos ganó a sus adeptos. Reelegirán a Gorodin. Es un nombre viejo, un nombre seguro. No van a seguir la opinión de una muchachita. No los que son adictos a la preocupación permanente.
Mas números en la pantalla. Un margen mayor, a favor de Jacques.
—Mi principal preocupación —dijo Giraud, finalmente— es el joven Warrick Va a ser muy difícil de sostener. ¿Cómo le va a nuestro hombre, el contacto en Planys?
—Sigue adelante.
—Lo documentamos, encontramos una buena relación con la banda Rocher o con los pacifistas, y eso es todo lo que nos hace falta. O creamos una. Quiero que lo revises.
—De acuerdo.
—Necesitamos poner a los centristas en un brete, con vínculos muy embarazosos. Tiene que haber relaciones con pruebas. Eso dará a Corain algo en qué pensar. Y cerrará la boca al joven Warrick, si tiene algo de sentido común.
—También ahí se puede pensar en soluciones directas —dijo Abban.
—Ah, no. Jordie Warrick puede ser una buena ayuda. Seguimos posponiendo los pases de viaje. Montamos un escándalo en el aeropuerto de Planys. Con eso bastará. Dejaremos filtrar el asunto de que el joven Warrick ha empezado la rejuv. Nuestro Jordie es muy inteligente. Hay que seguir presionándole y terminará por ponerse nervioso, le arrojará algo a los centristas; y nuestro hombre lo pasará directo a los pacifistas. Entonces, encenderemos la luz y vemos cómo corren a esconderse las cucarachas.
—¿Y el joven Warrick?
—Denys quiere salvarlo. En mi opinión es una locura. Al menos aceptó mi consejo, en caso de que nos enfrentemos a un auténtico problema. Los pacifistas nos dieron un buen punto público. Las «palomas» los odian porque son violentos..., los «halcones» los odian por la locura que apoyan. Dejemos que nuestra Ari descubra que los pacifistas están organizando un complot para matarla y que Jordan Warrick está involucrado; y ya verás cómo reaccionará al instante. Entonces su imagen cambiará, cuando se trate de violencia civil y complots. Eso es lo que necesitamos. Atraer al partido de la paz y a los «halcones», y cultivar los enemigos que puedan darnos ventajas políticas como tales.
—Pero me parece que el joven Warrick es un peligro en esta situación.
—Ah, pero nos hemos preocupado mucho por su bienestar. Hemos planeado una larga vida para él. Le hemos dado la rejuv, eso lo prueba, ¿no te parece? Y si Ari se ve amenazada, reaccionará. Si Jordan está amenazado, también Justin reaccionará. Dame el incidente que necesito y verás como todo cae en su lugar. Siéntate a mirar cómo nuestra jovencita aprende una lección indispensable. —Observó un momento la pantalla y tomó otro sorbo de vino—. Ya sabes, Abban, ella me importa y me preocupa. Y Reseune. Y no pienso dejar que el hijo de Jordie Warrick tenga nada que decir al respecto. Claro que no.
Aparecieron los resultados de la estación Cyteen. Ahora había una desproporción obvia.
—Ahí está —suspiró Abban—. Ya lo tiene.
—Sí. Ya te lo decía. Jacques lo ha conseguido.
XIV
Catlin trajo café para sera en la oficina del apartamento mientras ella echaba comida a los guppies en la pecera que había traído de la habitación jardín. Sera estaba tranquila, muy tranquila. Por lo visto aquella actividad la calmaba a veces, como pensar algo y concentrarse en ello. Catlin se daba cuenta. También sabía que era una mala época. Sera estaba esperando respuesta a una protesta que había presentado en Administración; sera, a pesar de la apariencia exterior que decía justamente lo contrario, estaba muy nerviosa y malhumorada, y no era el momento que Catlin hubiera elegido para hablar con ella. Pero lo intentaría.
—Gracias —dijo sera y apoyó la jarra en el borde del escritorio. Hizo girar la red entre los dedos para sacar unas cuantas algas que flotaban en el agua.
Sera no la miró. Después de un rato, Catlin decidió que sera estaba ignorándola a propósito o que estaba muy concentrada y se dio la vuelta y salió.
O empezó a salir. Llegó hasta el vestíbulo y descubrió que estaba frente a la cara exasperada y preocupada de su compañero.
Así que se detuvo, respiró hondo y volvió a situarse junto al escritorio de sera, decidida a que sera advirtiera su presencia.
—¿Qué pasa? —dijo sera de pronto, rompiendo la concentración.
—Sera, tengo que hablarle. Sobre lo de Planys. Florian dice que fui yo quien lo oyó, y que tengo que decirlo yo.
A veces sera tardaba un momento en volver a la realidad, especialmente cuando estaba enfadada o nerviosa, y en general se traía el malhumor de vuelta con ella. Porque era muy inteligente, pensaba Catlin, porque estaba pensando tanto que en realidad era como un estudio profundo hecho desde el interior.
Pero era una palabra clave: Planys. Eso era lo que estaba enloqueciendo a sera, de manera que se volvió al instante y la miró.
—¿Qué pasa con Planys?
Catlin apretó los puños. Tú sabes mejor cómo explicar las cosas, le había dicho a Florian. Pero Florian replicó: Tú eres la que lo ha oído, tú tienes que decirlo.
Porque Florian se derrumbaba cuando se trataba de enfrentarse con sera. Y la cosa podía llegar a eso.
—Ese grupo de pacifistas en Novgorod —empezó. Habían colocado otra bomba en los subtes de Novgorod. Veinte muertos, cuarenta y ocho heridos.
—¿Qué tiene que ver eso con el aeropuerto de Planys?
—En Seguridad. Creen... —No podía contar las cosas sin detalles. No sabía qué omitir a un CIUD, ni siquiera cuando el CIUD era sera, así que decidió ir directa al grano—. Sera, creen que hay una conexión. El grupo de pacifistas son la parte violenta. Pero hay un grupo llamado Comité por la Justicia.
—Ya he oído algo acerca de ellos.
—Son lo mismo. En Seguridad están seguros. En general son lo mismo. Están poniendo carteles en Novgorod, ya me entiende: caminan por los subtes con eso en la mano. La mayoría de esos carteles dice: «Comité por la Justicia». O «Libertad a Jordan Warrick». Pero algunos dicen «No a la eugenesia» y «Warrick tenía razón». Sera frunció el ceño.
—Es muy serio —comentó Catlin—. Seguridad está muy preocupada.
—Entiendo lo serio que es, mierda. ¿Qué tiene que ver con lo del aeropuerto de Planys?
—Es complicado.
—Explícalo. Te escucho. Dame todos los detalles. ¿Qué sabe Seguridad?
—La policía de Novgorod sabe que los explosivos de los pacifistas son de confección casera. Eso en primer lugar. Probablemente sólo son unos pocos, los verdaderos, en Novgorod. La policía está casi segura de que son una tapadera de Rocher. Pero no pueden encontrar a Rocher. Así que están seguros de que está viviendo con la tarjeta de otra persona. Eso no es difícil de conseguir. Nada es difícil cuando hay tanta gente reunida en un solo Jugar. Probablemente hay mucha relación entre el comité y los pacifistas y Rocher, todos. Así que la policía de Novgorod hizo que el Departamento de Cyteen pusiera a Asuntos Internos de la Unión en esto, porque afirman que es un problema que cruza las fronteras entre Reseune y...
—Ya sé que Seguridad de Reseune está en el caso. Pero cuéntamelo a tu manera.
—... y Cyteen. Y por eso el Departamento de Justicia nos ha llamado a nosotros para ayudar a la policía de Novgorod. Ellos no pueden llevar a cabo lo que nos gustaría hacer a nosotros, Novgorod es demasiado grande. La policía está hablando de pedir la tarjeta a la entrada de los subtes, pero ellos tendrán tarjetas falsas y llegarán incluso a matar para conseguir tarjetas. Muchos de los recursos que pueden utilizar para detener lo de las bombas son carísimos, y además retrasarían el movimiento y se tardaría horas en ir o volver del trabajo. Dicen que la estación Cyteen se está poniendo muy nerviosa y que van a controlar tarjetas y a usar cerraduras que abren con las huellas de la palma de la mano y todo eso. Así que decidieron que la única forma práctica de acabar con los pacifistas era colocando infiltrados. Y lo hicieron. Se manda a alguien a la organización, se consiguen buenas identificaciones y se empieza a buscar en los sistemas de tarjetas para encontrar esas señales. Se toman algunos para provocar roces internos, para que se peleen unos con otros. Hay que seguir la infiltración hasta llegar a conocer toda la red. Eso es lo que están haciendo.