—Crear un Especial sólo para satisfacer un proyecto de investigación constituye un precedente peligroso. Es decir, solamente para hacer que un sujeto quede más allá de nuestro poder.

—Quiero que me trasladen de Reseune, a mí y a mi hijo.

Corain contuvo la respiración por un instante.

—Usted es un Especial, como ella.

—No soy político. No tengo tanto apoyo. Ella dirá que soy indispensable esgrimiendo los mismos argumentos que me hicieron Especial, tengo que quedarme en el sitio en que el gobierno me necesite. Y siempre se las arregla para necesitarme en Reseune. Ahora mi hijo está trabajando en su programa por dos razones: primero porque es el campo que ha elegido, y ella es la mejor; segundo, porque él es mi hijo y Ari quiere tener algo con qué presionarme. En cuanto a la política interna de Reseune, no puedo hacer nada al respecto. Puedo tratar de salir de ahí, y si yo estoy fuera de su dominio, solicitaré a mi hijo para el otro proyecto. Por eso quiero que se construya esa unidad en Fargone. Sería lo mejor para el estado y para Reseune. Dios sabe que sería lo mejor para Reseune.

—Tal vez se descubrirían algunas cosas. ¿Eso es lo que quiere decir?

—No estoy haciendo acusaciones. No quiero que esto se haga público. Digo que Ari tiene demasiado poder, dentro y fuera de Reseune. Sus contribuciones científicas son incuestionables. Como científico no tengo nada contra ella. Pero sé que la política es la única forma que se me ocurre para librarme de una situación que se ha vuelto cada vez más explosiva.

Hay que tener cuidado, mucho cuidado. Corain no había pasado veinte años en el gobierno para tomar las cosas al pie de la letra. O para asustar a un testigo amistoso. Así que preguntó con suavidad:

—¿Qué quiere usted, doctor Warrick?

—Me gustaría que la ley se aprobara. Luego, voy a pedir que me trasladen. Ella va a tratar de impedirlo. Quiero apoyo en mi solicitud. —Warrick se aclaró la garganta. Tenía los dedos entrelazados, blancos por la tensión—. La presión en Reseune es considerable. Sólo quiero un traslado. Mire, no estoy de acuerdo con este esfuerzo colonizador. Coincido con Berger y Shlegey, no me parece buena la idea de dispersar así a la humanidad, tan lejos, tan rápido. Acabamos de terminar con una calamidad social; no somos los que partieron de la Tierra, no somos los que partieron de la estación Gloria, no seremos lo que nuestros fundadores anticiparon. Y si seguimos adelante en esta empresa, va a haber una diferencia crítica entre nosotros y nuestros descendientes, no hay milagro, no hay Estelle Bok, no hay invención que pueda cerrar esa grieta. Este es mi punto de vista. No puedo expresarlo desde Reseune.

—Doctor Warrick, ¿me está diciendo que allí dentro le limitan las comunicaciones?

—Le digo que hay razones por las cuales no puedo expresar ese punto de vista desde allí. Si usted comunica esta conversación a la prensa, tendré que adoptar la posición oficial de Reseune.

—¿Me está diciendo que va a hablar si le damos el traslado?

—El traslado, canciller. Para mí. Para mi hijo. Y después, no tendría miedo de expresar mis opiniones. ¿Comprende? La mayoría de nosotros, los que podemos expresar una opinión dentro de este campo, estamos en Reseune. Sin voz efectiva incluso dentro de Ciencias, sin trabajos publicados, las ideas no adquieren estado público. Xenología está muy dividida. Los argumentos más válidos se encuentran en nuestro campo. Usted no tiene mayoría en los nueve electorados, canciller. Lo que tiene que quebrar es a Ciencias misma. El electorado de Ariane Emory. Ella ha depositado todas sus esperanzas en este proyecto de psicogénesis, hasta tal punto que en realidad no deja que los ayudantes lo toquen. Se trata del factor tiempo de nuevo. Por un lado, una vida es tan poco tiempo... Por el otro, un proceso que involucra la vida humana tiene tantos interludios, tantos períodos en los que nada puede producir el resultado excepto el tiempo mismo...

—Y eso quiere decir que todavía tenemos que enfrentarnos con ella.

—Mientras viva, sí, la tendrán en el Concejo. Por eso el proyecto de Fargone representa una ventaja para usted y para mí. Me gustaría tomar una posición en público, para apoyarle. Una oposición desde Reseune, sobre todo proviniendo de otro Especial, puede tener mucha credibilidad en Ciencias. Pero no puedo hacerlo ahora, tal como están las cosas.

—Aparte de eso —intervino Gorodin—, hay otra pregunta crucial: ¿es viable el proyecto Rubin? ¿Es real?

—Es probable que funcione, almirante. Ciertamente constituye un esfuerzo mucho más válido que el proyecto Bok. Tal vez sepa usted que no solemos crear con los grupos genéticos de los Especiales. Hasta nuestro material genético está protegido por estatuto. En la práctica, es el asunto de la vieja unión, genio y locura, ya sabe. No es totalmente descabellado. Cuando creamos azi, las clases Alfa necesitan más corrección, más pruebas. Le hablo desde un punto de vista estadístico, claro. Lo que falló con el clon de Bok fue lo que pudo haber salido mal con Bok misma, según experiencias e influencias particulares que no tenemos en los archivos. Nuestras oportunidades de reproducir un Especial vivo son mucho mejores. Mejor información, ya me entiende. Bok llegó como colona, sus archivos se fueron con la nave y fue una de las que se transformaron luego: se perdió gran parte y mucho ni siquiera se archivó de entrada. No estoy seguro de que consigamos reproducir el talento de Bok de nuevo, pero desde luego no lo haremos en el proyecto actual. Por otro lado, recuperar a, digamos a Kleigmann, que está a un siglo y medio si no me equivoco, representaría un verdadero avance.

—O a Emory —murmuró Corain—. Dios. ¿Eso es lo que ella quiere? ¿La inmortalidad?

—Solamente en la medida en que cualquier ser humano querría que sus hijos fueran como él. No es inmortalidad, no se conserva el sentido de la identidad. Hablamos de mentalidad similar, dos individuos más parecidos de lo que tienden a ser los gemelos, y sin un gemelo dominante. En esencia se trata de recuperar una habilidad latente en la interface entre el grupo genético y lo que llamamos cinta en un azi.

—¿Hecho por cinta?

Warrick negó con un gesto.

—No se puede hacer por cinta. No en el estado actual de la ciencia.

Corain reflexionó sobre ello un buen rato.

—Eso quiere decir —aventuró Gorodin— que con nuestro avance en genética y psicología reconstruida tal vez podamos replicar Especiales vivos y también muertos.

—Es posible —respondió Warrick con calma—, si se cambian ciertas leyes. En la práctica yo me opondría. Entiendo la razón por la que empezamos por uno. Pero tiene un enorme potencial de provocar problemas psicológicos, incluso si los guardias impiden que los dos se encuentren. Hasta con los muertos. Si yo fuera ese sujeto me preocuparía por mi hijo, y por ese otro individuo, que no sería de ninguna forma mi hermano, o mi padre. ¿Ve cómo se complica todo cuando se trata con vidas humanas? Los Nueve se interesaron mucho en el proyecto Bok. Demasiado. En eso coincido con la doctora Emory: sólo el Departamento de Ciencia, específicamente Reseune, debería tener contacto con los dos sujetos. Por eso quiere Fargone. No estamos hablando de una oficina o un laboratorio. Hablamos de todo el lugar, una comunidad que Rubin no podrá abandonar excepto como yo viajo desde Reseune: en contadas ocasiones y con escoltas para su protección.

—Dios mío —dijo Gorodin—. Fargone lo vetará.

—Un lugar en una órbita separada. Eso es lo que ella tiene para prometerle a Harogo. Un área compartimentada. Reseune pagará la construcción.

—Entonces, usted sabe el trato que ha propuesto ella.

—Conozco ese trato, sí. Puede haber otros. Es un contrato muy importante para determinadas compañías constructoras en Fargone.

Parecía verdad. Hasta el fondo. Corain se mordió el labio.

—Déjeme hacerle una pregunta difícil —dijo Corain—. Si hubiera otra información...


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