Doy por terminado con esto mi cometido. Consistía en explicar, por encargo del autor, las intenciones latentes de su libro, no en juzgar hasta qué punto ha sabido realizarlas bajo forma artística: para ello, nuestra demasiado estrecha amistad me inhabilita. Sea, pues, el lector quien, por su cuenta y riesgo lo compruebe.

F. de Paula A. G. Duarte

Coimbra, primavera de 1948.

En 1950, después de publicado el volumen de Los usurpadores , escribí todavía una historia más, la de El inquisidor , perteneciente a la misma vena, que yo había creído agotada, pero que aún dio ese fruto tardío. Ahora queda incorporada al ciclo donde corresponde.

F. A.


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