CARTA A VIDAL ESCABIA PRESENTÁNDOLE
WORPSWEDE, 31 DE MAYO DE 1975
ME TOMO LA LIBERTAD DE dirigirme a usted poco después de enterarme de que le ha sido encargada la redacción del prólogo a Burla del destino, el libro de memorias de Juan Herrera, mi marido. Aunque nunca nos hayamos visto, supongo que mi nombre no le resulta nada desconocido.
Hace tres días que dejé París y he venido a esta gran llanura norteña, donde la amplitud y la calma y el cielo me ayudarán a descansar. Fue ayer cuando llegué a este pueblo, bajo una lluvia persistente, con un reducido equipaje, un poco triste por la soledad en la que vivo, aunque no tema, no voy a hacerle partícipe de mis penas. Aprendí hace tiempo a situar mis relaciones a este nivel, superior y exclusivamente intelectual, en el que uno puede descansar de las penas del corazón, no compartirlas.
Sé que no tan sólo conoce mi nombre, sino que además siempre deseó conocerme (al menos esto es lo que confesaba a mi marido en una de aquellas cartas que usted le dirigió y que él amablemente solía leerme en voz alta siempre antes de acostarnos) y que sin duda mis consejos no van a caer en saco roto. Es por esto que me atrevo a recomendarle que lea La asesina ilustrada, una breve narración que yo escribí hace tiempo, y el pliego de notas que sobre ella redactó Ana Cañizal. Son los dos manuscritos que le adjunto en este sobre. Léalos. Por ser la mejor introducción a La asesina ilustrada, me he permitido separar del resto de notas la primera de las escritas por Ana Cañizal y situarla delante de mi texto.
Ya que vivo tan cerca de donde usted se encuentra actualmente, creo que vendré a visitarle, amigo Escabia, y así por fin tendré el placer de estrechar su mano.
La lectura de La asesina ilustrada y de las notas de Ana Cañizal desarrolla una historia que, estoy convencida, le interesa conocer antes de comenzar a escribir ese prólogo a las memorias de mi marido.
Afectuosamente,
elena villena